jueves, 23 de abril de 2020

EL FIN EN FOTOGRAMAS - III : MAD MAX DE MILLER Y SU LEGADO


¿ROLLOS DE PAPEL O CILINDROS?

Qué pasa mutantes, espero y deseo que todos gocéis de la mejor salud posible, que tengáis suficientes latas de judías y rollos de papel higiénico. Y digo yo ¿por qué papel higiénico? ¿Nadie ha pensado que con un bidé no hace falta papel higiénico? Mirad los japoneses, con sus inodoros con chorrillo, y los occidentales riéndose, bueno, pues yo siempre he querido uno, y se que me compraré uno cuando me mude. Pero a falta de ese wc mágico, ¿por qué la gente tiene bidé en su casa y sólo lo usan para echar ropa sucia? Y si no tienes bidé, un manguerazo en la ducha, y ya está, no hace falta comprar cien rollos de papel higiénico, el apocalípsis no entiende de doble o triple capa, el apocalípsis entiende de válvulas y cilindros.
¿Me seguís? Sí, seguro que sí.
Hoy me voy atrever (ya que estoy de día libre) con una de las vacas sagradas de la ciencia ficción en el cine. Se que tiene una legión de fans, amantes y estudiosos que sabrán mucho más que yo, así que les pido que interpreten ésta entrada, como en realidad hay que interpretar todas las que escribo, como un resumen de mi percepción al respecto, y no una cátedra. De hecho, agradeceré cualquier comentario constructivo, corrección o puntilla en el área de comentarios.
Y sí, hoy vamos a hablar de Mad Max y su herencia, por lo que, si no quiero hacer un artículo de 20 páginas que lleve una hora leer, que no quiero porque sería una putada, voy a hacer el esfuerzo de sintetizar lo máximo posible, cosa difícil con mi pedantería innata, pero allá vamos.
Poneros a los Siniestro Total con “Max, estás hecho una pena” y a leer.

SALVAJES DE LA AUTOPISTA


1979, Australia, allí estaba el señor Miller. George Miller, a punto de estrenar una película de bajo presupuesto con poca ci-fi, mucha crítica social, mucha violencia, poco diálogo, pocas interpretaciones brillantes, pero que sentó el gérmen definitivo de las historias post cataclísmicas, no ene l acto, pero si en su secuela, que ya veremos, vayamos por orden, no nos emocionemos.



La idea, sospecho, era más bien hacer una película de justicieros, una nueva versión del “Vigilante” como lo había sido Charles Bronson, Clint Eastwood o Chuck Norris, que en vez de hacer cumplir la ley por su propia mano en una gran ciudad cosmopolita como la típica Nueva York, lo hacía en las autopistas australianas. Una peli “hard boil”, negra, de violencia policiaca gratuita con la venganza como leit motiv.

¿De dónde venía Miller cuandos e le ocurrió hacer Mad Max? Griego adoptado por Oceania, de familia numerosa, hermano de un gemelo, que estudió medicina con él, pero cuya verdadera inquietud era el cine, hobby que practicaba con su hermana, y que le otorgó algún premio escolar con cortos.
Finalmente se animó a aprticipar en unos talleres de cine en la universidad de Melbourne, donde conoció a alguien muy importante para Mad Max, Byron Kennedy, coproductor de la opera prima de Miller.
Acabada la carrera de medicina, Miller y Kennedy fundaron su pequeña productora, y Mad Max fue su primer largometraje, que con un presupuesto de 350 mil dolares logrado a pellizcos de todas partes (publicidad explícita dentro de la película mostrando marcas de consumibles, pro ejemplo), recaudó más de 100 millones en todo el mundo.
Mad Max, la locura máxima, Max el loco, sea como fuese, lo lograron.

Max Rockatansky, interpretado por Mel Gibson, será el sempiterno protagonista de la trilogía oficial, y en cierto modo el responsable del éxito del personaje. Cuentan los rumores, que Gibson llegó al casting sin la intención de participar, solo acompañando a su colega Steve Bisley que fue intencionadamente y se llevó el papel de Goose (que nuestros dobladores tradujeron sin cortarse ni un pelo como Ganso, literalmente claro, sin error al respecto). Gibson llegó allí con la pinta del que ha pasado una noche en el infierno, toledana en un bar de moteros en la carretera, ojeroso, con algún moratón y apestando a no haber dormido, y eso fascinó aal equipo de Miller y le dieron el papel protagonista.
Miller quiso que todo fuese lo más real posible, como una “docu película”, aunque suena muy bonito pintarlo así cuando no tenían ni un chavo y había que ahorrar de todas partes, y bueno, Gibson dio el perfil. Al hilo de ésto último, muchos dobles de la película eran auténticos moteros que hacían de extra por unas cuantas cervezas. La autenticidad estaba lograda.

Gibson venía de haber hecho una sola película, y de beber mucho alcohol y meterse en muchas peleas pese a su educación católica y conservadora (el cocktail moldeó al hombre que hoy todos conocemos, con excelentes películas y una polémica vida). El título de aquella era Summer City, dirigida por Cristopher Fraser. Quien iba a decirnos que una película en la que sólo escupía 16 líneas iba a catapultarlo al Olimpo de los actores. Dieciséis frases, sí, por eso anunciaba antes, que la pelicula brilla por sus carencias, pero la fórmula no explotó, si no que resplandeció. Miller dijo que era un gran fan del cine mudo, que para contar una historia no hace falta sonido, y casi lo consiguió, aunque insisto, que como excusa queda muy bien, en verdad me imagino a Mel borracho o de resaca cada día de rodaje.

Pero aquél experimento bizarro salió disparado como un cohete. Max era un policía de la brigada de carreteras llamada Patrulla de Fuerza Central, en una Australia del futuro cercano y distópico en el que la crísis económica había llegado al gran Kaboom. Las instituciones públicas carecían de recursos, el petróleo escaseaba, las pandillas criminales campaban a sus anchas. La crítica social a cerca de la mala gestión económica desde el estado y la por entonces muy en voga crísis del petróleo que presagiaba una quiebra mundial con el consecuente problema energético tanto industrial como doméstico, eran uno de los motores de la historia que aprovechaba Miller a meter como caballo de troya en una película de carreteras violenta y cruda, sangrienta, una road movie de persecuciones motorizadas y disparos que según Miller, surgió de su estancia como médico en un hospital, donde quedó horrorizado con los resultados de accidentes de tráfico.

Ups, crísis económica, barriles de petróleo gratis, gente que se va a quedar en al calle de aquí a unos años y tal vez la carretera sea su único hogar...no, no hablo ahora del 2022 imaginado pro Miller, hablo de nuestra actualidad, perdonad el “kit kat”. Volvamos a la película.



El problema de Max y Ganso en Mad Max, serán los pandilleros de El Corta Uñas, interpretado por Hugh keays-Byrne, que ya había hecho unas 4 ó 5 películas antes, pero que no se nota, un villano sobreactuado e histriónico. El tipo y sus muchachos se dedican a robar combustible para sus motocicletas, beber sin pagar, saquear, violar y matar. Un grupo muy caritativo.
Ya la mayoría habréis visto la peli, así que ¿para qué daros el coñazo y hacer ésto interminable? A la pandilla se le va de las manos la criminalidad, la lían a saco, y salpican a Max, quien se tomará la ley por su parte perdiendo la cordura, casi casi en un proceso kantiano tan terrible como el de Travis en Taxi Driver. Un descenso a los infiernos mentales y la desesperación, que no está especialmente bien rodado ni hace mucho intento de que el espectador lo note, pero por el que debemos hacer esfuerzo de imaginar para entender la leyenda que nació en aquella película.
Max Rockatansky, hombre de pocas palabras, arrastrando su desde entonces lisiada pierna coja, hombre de ley convertido en psicópata, lobo solitario, sin esperanza por la humanidad, obligado a seguir adelante al volante del verdadero protagonista, El Interceptor, un Ford Falcon XB modificado.

Porque los coches y las motos, siendo honestos, eran el verdadero gancho de la cinta. Una cinta que carente de todo lo mencionado antes, tenía adrenalina, violencia, gasolina, choques, disparos, explosiones, y cualquier caballo de troya o interpretación brillante sobraban.
A mi, la película me resulta mala, bastante mala, con su encanto de serie B, su nsotalgia de significar lo que significa, pero eso no la convierte en mejor, y son las agujas de los marca kilómetros los verdaderos protagonístas que marcan la dinámica, no ya de ésta, si no de toda la saga, e in cresccendo.

LA CONSOLIDACION DE LA LEYENDA, EL GUERRERO DE LA CARRETERA, 1981.


Ahora sí que sí, ya se montó el kilombo, Miller, realmente preocupado por la tensión nuclear, da un giro inesperado a la saga, aunque muy en consecuencia en un futuro cercano en el que todo estaba ya patas arriba, y es la guerra atómica. La Australia distópica de Miller explotó, se convirtió en un erial gamma, el yermo de los yermos, el wasteland de manual desde entonces, por y para siempre.
Si Mad Max me pareció una película mala, Mad Max 2 me parece fantasía pura, la consolidación de Max Rockatansky como leyenda definitiva, no en vano, la influencia absoluta en personajes de ciencia ficción sucesivos como Ken del Puño de laestrella del norte, o de nuestro habitante del búnquer de Fallout, entre otras. Miller y Gibson se pasaron el juego, habían definido un género.
Aquí si me postro y me quito el sombrero.



La autopista es ahora interminable, la civilización se da por concluida, la ciencia ficción se adueña del lore de toda la historia, los supervivientes se dividen en dos, lobos y corderos. Las vigas de los edificios vigilan en la lejanía las carreteras salpicadas de chasis saqueados y calcinados.
La anarquía es absoluta. A ley del más fuerte es la única verdad. Ya no hace falta nada más, ni un guión, ni un argumento, podríamos alargar la saga de Mad Max hasta el infinito convirtiendo cada entrega en un día más de la vida de un lobo solitario y nómada como Rockatansky, asqueado de la vida, conforme con el cataclísmo, rodando como una roca cuesta abajo sin objetivo ni plan, sencillamente sobreviviendo un día más, tras dormir unas pocas horas entre pesadillas de odio y venganza, con el recuerdo de sus seres queridos agonizantes tatuado en su memoria como combustible.

Bajo esa premisa, que sea lo que Dios quiera, ya está todo hecho.
Ahora, vayamos a lo importante, los verdaderos protagonistas, los vehículos. Oh Dios mio, aquí sí que te pasaste Miller, cambiamos los Ford por buggyes, hot rats, vehículos pesados tuneados con picas, chapas y calaveras, y la estética post atómica se definió para ser copiada docenas de veces en el cómic, el videojuego, la literatura y por supuesto, más películas, e incluso juegos de mesa. Ya hablaremos del legado de Max al final.

En la peli tenemos varios nuevos elementos, que se convertirán de ahora en adelante, en señas de identidad narrativas de la franquicia:

  • Max el nómada solitario: La figura de Rockatansky adoptará el rol de viajero solitario, que camina por no pararse, caminar o morir, que no quiere involucrarse en anda pero al final, acaba haciéndolo cuando algún personaje o situación penetra su armadura de odio e indiferencia y pulsa su botón de la humanidad, reavivando al justiciero que se forjó a caucho y sangre en la primera película. Mantendrá (en parte) detalles importantes como la falta de diálogos y su cojera ocasionada en la primera película, creando así una línea narrativa contínua, inmersiva y comprometida con el espectador.
  • El donaire: En Mad Max 2 aparece un rol nuevo que perdurará en las siguientes entregas, el donaire, un bribón superviviente que aporta las líneas y el humor que la franquicia requiere para convertirse en una cinta familiar de acción, cosa que no era la primera entrega ni de lejos, pero que Miller accedió a fomentar después, en pos de la distribución de éstas joyas de la acción. Fue necesario y acertado. En ésta entrega el donaire es el Capitán Gyro, interpretado pro el cómico Bruce Spence, a quien veremos también en la tercera entrega de la saga.
  • El Punk: Las pandillas, los nómadas de la carretera, son nuevos bárbaros motorizados, punks. Las crestas de colores, los tatuajes, los pendientes, scarificaciones, cualquier síntoma tribal y antisocial será bienvenido en una estética homo rebelde de cuero y cadenas de la que el más icónico de todos, en ésta entrega y me atrevo a decir que en todas, será Lord Humungus, Ayatolá del Rock N Roll, Señor del yermo, interpretado por Kjell Nilsson. Un personaje icónico que ha trascendido al subcosciente popular y su cultura.
  • Los afligidos: Siempre encontraremos un grupo de resistentes supervivientes del yermo que estarán siendo espoleados por los punks. Pedirán ayuda a Max, y aunque les cueste, alguno de los miembros de la comunidad conseguirá ablandarle, en ésta entrega esa responsabiliadd cae sobre el niño mutante, feucho, mudo, salvaje y belicoso como un animal entrenado, sin nombre, narrador en off de la historia al más puro estilo del mago Akiro de Conan (sólo que Conan se estrenó un año después, en el 82) interpretado por Emil Minty.

El vestuario, el tunning y el paisaje del sur de Australia lograron la magia de teletransportarnos al fin del mundo futuro.
No tengo ni una pega, es una cinta redonda, con toques de western, si cambiamos al pistolero por Max, y al pueblo del oeste por la refinería del páramo, y los apaches o bandoleros por los punkis. No en vano, haciendo un tirabuzón triple, Miller afirma que recibió gran inspiración del cine de samurais de Kurosawa, y ¿cuántas veces los que saben de cine nos han explicado el paralelísmo entre el western y los samurais? Para muestra un botón.
Si a parte cambiamos las escenas a caballo por carreras con boogyes y quads. Bingo. Magistral.



Max en ésta entrega encontrará a su más fiel compañero, un perro, un pastor alemán que encarna los valores que el ser humano ha perdido en su nueva edad de piedra post atómica. Y volviendo al tema de la inspiración japonesa, se convierte en la imágen del shinobi, el shadow dancer, el ninja y su perro. Aunque hay quien dice que ésto es un guiño a Un chico y su perro de 1975, film postapocalíptico y weird en el que un niño y su perro, llamado Sangre y que tiene poderes telepáticos, recorren un mundo devastado por la guerra.

MAS ALLA DE LA CUPULA DEL TRUENO


En 1985 se estrena la tercera parte de Mad Max y también Miller decía adiós a su gran socio y amigo Kennedy. Una alegría y una pena.
Max continúa su camino hasta Negociudad, un núcleo urbano post apocalíptico gobernado con guante de hierro por Tía Ama interpretado por la gran Tina Turner, quien a mi opinión, dio todo el pego con su cardado interminable y zoomórfico, y sus pendientes de muelles y bisutería de chatarra.
Por primera vez en la saga se añade un núcleo urbano, un espejísmo de neo sociedad, un caballo de troya sobre el poder, la economía y el gobierno.



Es la entraga más criticada y menos querida por los fans, pero yo la prefiero mil veces más que la primera. Añade el exotismo a la sociedad superviviente, turbantes, capas andrajosas, camellos y dromedarios, torneos deportivos sanguinarios, pan y circo, mentiras desde el poder, opresión, capitalismo...
Para mi lo tiene todo, sin olvidarnos de los vehículos, y un pasito más hacia adelante de un asunto que tímidamente ha ido siendo más recurrente y aceptado en la saga, las mutaciones por culpa de la radiación. Si ya en Mad Max 2 teníamos al niño salvaje, en Mad Max 3 tenemos a Maestro y a Golpeador, dos personajes tan icónicos como Hummungus. Sensacionales, imprescindibles.
El donaire vuelve a ser Bruce Spence que en ésta ocasión pone el mismo rostro, a un nuevo personaje, Jededdiah, que pese al cambio de nombre, Miller juega a sembrarnos la duda de si sigue siendo o no el capitán Gyro con otra identidad, y desde ahora, en lo que queda de saga, Miller va a a jugar mucho al despiste como con ésto, intencionadamente.

Tenemos a la comunidad infantil del “mundo del mañana mañana” tocando la tecla humana de Rockatansky una vez más, en un paralelísmo al “mundo de nunca jamás”, con los niños perdidos, que convierte a Max en un Peter Pan post atómico durante parte del metraje, y que seguro inspiró la estética de los niños perdidos del Hook de Steven Spielberg en los noventa.



Y todo junto crea una historia que a mi parecer vuelve a ser redonda, cargada de adrenalina, de aventura pura ochentera para toda la familia a la zaga de Golpe en al pequeña China, o las aventuras de Indiana Jones.

Pero sobre todo, la cúpula del trueno, esa bóveda verjada con cuerdas de puenting donde se enfrentan a muerte con armas de filo de boing en boing dos contrincantes, mientras los nómadas, chatarreros, scavengers y mutantes aplauden y jalean deseando que les salpique la sangre.
Es genial, irrepetible, la imaginación de Miller siempre sentando tópicos futuros, el universo más veces copiado o reinterpretado, una influencia generacional inmortal.

Como curiosidad, la película inspiró a 2 Pac y Dr. Dre para su videoclip del remic de California Love, copiando la cúpula y toda a estética del universo de Miller.

Y no quiero enrollarme más, que no llegamos...

FURY ROAD, LA GLORIA DE FURIOSA


Y en 2015, contra todo pronóstico, llegó Fury Road, y se armó la gorda por muchos motivos.



  1. Ciao Mel Gibson, hello Tom Hardy: Han pasado unos 30 años, Mel ya no está para reinterpretar sin dobles de acción a Max como a él le gustaban. O eso, o hacemos un Max abuelillo como pretenden con Conan y Schwartzenegger para la tercera entrega de la saga en ciernes desde hace décadas. Parece ser que la película tuvo que ser rodada en 2003, pero Miller no pudo y Gibson estaba con La pasión de Cristo.
    La cosa estaba complicada, si
    Miller va a traer de vuelta a Max, hay que cambiarle la cara, sin remedio. A las nuevas generaciones les daría igual, pero a los críos de los 80 que crecimos recreando las aventuras de Max con clicks de playmobile, no. Pero no había más remedio, debíamos acostumbrarnos a la cara del nuevo Max igual que James Bond ha cambiado de cara ya unas cuantas veces.
  2. ¿Por qué Mad Max y no Furiosa antes del Fury Road en el título? El protagonismo de Max en la peli es relativo. Max tiene cosas que no me cuadran como fan. Max no cojea en ésta peli ¿por qué? ¿Se ha curado? Vale que le cambiemos la cara, pero su historia debe seguir siendo la misma, debe ser cojo ¿no?. Sigue hablando poco, o en esta ocasión, menos que poco, ni mú.
    Yo, llegué a pensar que
    Miller estaba jugando conmigo, que Max no era Max, si no el niño mutante de la segunda entrega, que admiraba a Max y no sabía hablar, pero llegó a hablar porque es el narrador en off y según contaba llegó a ser jefe de su propia tribu...maldición, teoría por los suelos, pero llegué a hacer cábalas al respecto ojo, no me creía que Max era Max, creía que Miller me tendía una trampa argumental, me sembraba una duda. Pero no, sí es Max. Fue divertido hacer hipótesis.Furiosa, la verdadera protagonista, la reina indiscutible, una valkirya del yermo en manos de Charlize Theron, salvaje, bestial con el pelo al cero, y llegados a este punto, quizás, no merecía la pena duplicar la trilogía de Mad Max (porque Miller promete que será una nueva trilogía que completará una sextalogía), y hubiese preferido crear una nueva trilogía en el mismo universo, bajo el nombre y protagonismo total de Furiosa. Porque es que Max es un panoli en ésta peli, un pelele sufridor, aquí es Furiosa la que corta el bacalao, a la que aplaudimos, de la que queremos más. Hubiese sido como Red Sonja en el universo Conan. ¿por qué no? Entiendo que el nombre de Mad Max se vende solo, pero treinta años después no hubiese pasado nada.
    Hecho eco de mi fanatismo pro
    Furiosa, sí que hubo el absurdo debate de nuestra absurda sociedad actual y el más aún absurdo negocio del Hollywood, de que Fury Road era una película que empoderaba a la mujer, que Hollywood exige un cupo paritario en los repartos aunque no empareje con el argumento, con un claro mensaje feminista y de matriarcado que bla, bla, bla... Puta mierda de gilipolleces, viva Furiosa y punto. Me hubiese gustado más protagonista de Max, pero no puedo más que rendirme ante Furiosa. ¿A caso en la segunda entrega no teníamos punks claramente gays, sin mencionar el aceitoso cuerpo de Hummungus y nadie dijo tanta tontería? Si es que vamos para atrás como los cangrejos, siempre lo digo.



Con esos dos cambios tremebundos en la saga, todo lo demás fluye como la seda hasta considerarse la mejor película de acción de la historia, sin paños calientes. Una película que se centra 100% en los vehículos, las persecuciones, los asaltos en marcha (como a la diligencia del far west, recordad), el rock, y todo esto sin apenas CGI, respetando la naturaleza de Mad Max sin ninguna duda, sin pegas pese al papel secundario que encarna Rockatansky.

Una película llena de guiños, que como decía antes, me da la sensación de que a un fan ordenado de Max nos descuadra, y nos invita a hacer rompecabezas, porque... la caja de música que Max encontró en el camión de la 2, lo lleva en su poder una de las matronas; Porque vemos la gorra del capitán Gyro en el salpicadero de uno de los coches encalada en una calavera; Porque Max no cojea... ¿En qué momento del universo Miller ocurre éste ajetreado día de la vida de Max? Si queremos hacer una línea temporal con las otras tres entregas, nada cuadra, pero tampoco cuadraba que Bruce Spence hiciese dos personajes diferentes decía yo antes. Miller, eres un liante.
Y ahí está de nuevo Hugh keays-Byrne interpretando al villano de ésta nueva entrega, el caudillo Inmortan Joe. Cuánto amor.

La estética acepta y acurruca todas esas pequeñas características de la saga que Miller fue introduciendo poco a poco, como los pandilleros tribales, mutantes, ropajes exóticos y punks, el tunning salvaje... No falta de nada, Miller se da un festín postatómico que nos regala los 5 sentidos.

Más coches, más velocidad, más acción, mucha más acción, la saga se actualiza, pero no se reinventa, sigue tan pura como la segunda entrega, y no contento, Miller , nos promete otras dos secuelas en camino, de la que sabemos, la primera se titulará Wasteland.
No tengo pegas, tuve dudas existenciales, pero no pegas, un peliculón por mucho que me quiera hacer pajas mentales con los easter eggs.

¡Sed Testigos, Valhalla!

Merecidas fueron las 10 nominaciones a los Oscar y bien invertidos los 100 millones de dolares, que quién le hubiese dicho a Miller, que gastaría cuando dirigió la primera.
Felicidades, de todo corazón, que Max no muera nunca.

EL LEGADO EN PIXELS:



¿Cuántas veces he dicho que Mad Max sentó al cátedra del futuro post apocalíptico motorizado? Unas cuantas, y si hay que decirlo otra vez, pues se dice.
El mundo del videojuego sucumbió terriblemente a la estética Miller, acordámonos de:

  • ROADWAR 2000:

    En 1986
    Computer Game Published sacaba al mercado éste videojuego de estrategia por turnos, que inspirado en Mad Max nos ubicaba en unos futuros EEUU que habían sucumbido a un virus (vaya, vaya) mortal alcanzando el colapso capitalísta y demócrata hasta la anarquía. Así que podríamos encarnar un guerrero de la carretera que tras vencer unos cuantos clanes punks y de canibales mutantes, sería reclutado pro lo que queda del gobierno para rescatar 8 científicos que podrían crear la cura al virus. Para ello, recorreríamos el país por sus autopístas sorteando emboscadas motorizadas en cada estado.
    Un año después, se comercializó la secuela
    ROAD WAR EUROPA con una mecánica gemela.
  • ROAD KILL:

    En la primitiva
    X.Box de Microsoft se estrenó éste título de coches tunneados disparándose metralla en un mundo abierto. De 2003 y de mano de Midway , en la línea de Twisted metal, seremos el conductor de un vehículo improvisado y tunneado con chasis de Muscle Car, que desde la ciudad post apocalíptica de “Hell County” arrancaremos para liquidar bandas rivales, chatarrear, o lo que se tercie para convertirnos en el amo de las carreteras del condado. Es una versión moderna, o una sucesora espiritual de Roadwar pero sin estrategia, basicamente en el lore de una norteamerica colapsada por un virus (y dale vuelta al torno perico, esto significa que nos asustan más los virus que los kilotones desde hace décadas, y al final, mirad, hemos sucumbido).
  • BADLANDS

    El título ya lo dice todo, otra forma de referirse a los
    wastelands, el yermo y coches que disparan. Atari nos trajo en 1989 éste divertidisimo juego de circuitos a lo Super Off Road pero inspirado en un mundo post apocalíptico, con vehículos de combate. Un novedoso “scalextric” de combate multijugador muy divertido.
  • ROAD AVENGER:

    En 1985,
    Data East lanzaba el que posiblemente sea el más vistoso de todos los video juegos inspirados en Mad Max, un arcade con estética manga a cargo de los estudios Toei que en primera persona nos sentaba frente al volante de un primo lejano del Interceptor, cuya jugabiliad era la de una película interactiva, siguiendo la fórmula de Dragons Lair, Space Ace o Time Gail. Memoriza y repite en el momento justo.
    En un claro guiño, el piloto que encarnamos, sólo busca venganza familiar contra una panda de moteros.
  • AUTODUEL:

    Un videojuego de rol, basado en el manual
    Car Wars de Steve Jackson. El jugador es un piloto newyorkino del 2030 que tendrá que viajar hasta Boston enfrentándose a pandilleros motorizados.


(AUTODUEL)



(ROAD AVENGER)


(ROAD WARS 2000)


  • VIGILANTE 8:

    La secuela espiritual de Interstate 77, una ucronía que nos rebobina a 1975, a una crísis energética y del petróleo mundial que colapsa la economía y el estilo de vida norteamericano, lo de siempre como podéis ver.
    Un equipo de élite de conductores de la Oil Monopoly Alliegance Regime debe combatir en convoy por las carreteras a la banda conocida como Los Coyotes, y ya está todo dicho.
    Tuvo una secuela inclusive.
  • FIRE AND FORGET:

    Titus nos trajo en 1988 éste “simulador” de conducción arcade postapocalíptica, en el que conduciendo un coche muy parecido al Interceptor, debíamos proteger un convoy dirección Megacity. Su novedoso scroll parallax lo colocó en un podio a recordar junto Out Run Chase H.Q.
  • QUARANTINE:
    Otra vez un virus, sí, luego dirán que sólo Iker Jiménez lo veía venir, en fin. Al volante de un taxi, primo lejano del Interceptor, con una vista en primera persona al volante, recorreremos la ciudad post apocalíptica recogiendo clientes y cargándonos enemigos.
  • OUTLANDER:

    Posiblemente la más infame imitación directa de Mad Max en tu super nintendo. El juego intercalaba fases de conducción en primera persona por el yermo, esquivando barricadas y disparando motoristas por la ventanilla, a una velocidad de caracol absurda, con plataformas en las que debíamos superar la fase saltándo niveles y disparando punks. Un bodrio que es mejor que caiga en el olvido.
  • MAD MAX: ROAD WARRIOR.

    Tras el éxito de Fury Road, llegó a la nueva generación el videojuego de la franquicia oficial, por fin. Un sandbox motorizado que pecaba de un desarrollo monótono, pero que es indispensable para los fans.

(MAD MAX)


(BAD LANDS)


(VIGILANTE 8)


Hecha ésta lista autodidacta, me ahorro mencionar la influencia de Max en títulos como Rage o Borderlands, ni hablar de Wastelando de Fallout, porque ya lo hice en su día en el blog, y prefiero recordar otras manifestaciones ociosas inspiradas por Mad Max, ahora, en tablero, papel y lápiz:

DADOS Y COCHES DE COMBATE:


  • CAR WARS:

    Tal vez el mejor lugar por dónde empezar, un juego de rol basado en el combate vehícular.
    El mejor embajador para simular el universo de
    Miller.
    Su base creativa partía de la escasez de combustible, inspirándose en
    Mad Max, pero ya en 1981, proyectando el problema hasta el distópico 2030.
    No fue de los más populares en España, distribuido por JOC, quedó eclipsado por El señor de los Anillos, La llamada de Chtuluh o Stormbringer.

  • DEVILS RUN:

    Otro juego de rol para asaltos vehiculares post-apocalípticos. No tengo ni idea de qué tal está, creo que no ha sido traducido al español aún, pero que sepáis que existe.

  • DARK FUTURE:

    Fue un juego de estrategia con miniaturas, un
    wargame, absolutamente inspirado en Mad Max, que gozó con una gama de miniaturas modeladas por la casa reina, Citadel, en los 80.
    Hoy es una codiciada pieza de coleccionismo pro los warmongers de la old school.

  • GORKA MORKA

    Acabamos de mencionar Dark Future, pero
    Citadel, ya con Games Workshop en los 90, decidió sacar al mercado un juego de mesa de combates sobre vehículos de combate, totalmente inspirado en Mad Max pero cambiando a sus pilotos por orkos de piel verde, para retroalimentar su universo privado.
  • GAS LANDS:

    El más reciente wargame de lucha entre vehículos. En ésta ocasión, nos vamos más allá en el tiempo, y viajamos a un futuro en el que la élite se ha largado a vivir a Marte mientras La Tierra se come a sí misma sumida en el caos y la anarquía.
    El principal aditivo de éste wargame, es que es muy accesible, basta con comprar coches de juguete escala Hot Wheels, y tunnearlos y repintarlos a mano, a tu gusto, dándoles tu personalidad si eres lo suficientemente maños, creando así una experiencia de hobby, a parte de ociosa y social sobre la mesa.

  • KERO:

    Un juego de mesa menos exigente que los wargames, completo en su caja y sin necesidad de usar tu imaginación como en los juegos de rol, ni de andar pintando los juguetes de tus hijos e hijas. En un postapocalítico 2471 el combustible escasea y es muy preciado, así que no dejes que tu clan se quede sin ello.
  • PUNKAPOCALIPTYC:

    Un pequeño wargame de escaramuzas, en el que las bandas del yermo más gamberro y delirante se enfrentarán a vida o muerte sobre la mesa de tu casa.
    El juego exige la compra de miniaturas, su posible hobby como el en Gaslands o Dark Future, y un poquito de paciencia por sus reglas que aunque caben en un libro pequeñito, tienen miga.
    Algunas de las miniaturas más carismáticas de la marca están muy inspiradas en Mad MAx, como Lord homoeroticus.

 

(LIBROS DE REGLAS DE CAR WARS Y DE DEVILS RUN)



(CAJA DE DARK FUTURE Y ALGUNAS DE SUS MINIS PARA COLECCIONAR)


(MANUAL DE PUNKAPOCALIPTYC Y LA MINI LORD HOMOEROTICUS INSPIRADA EN LORD HUMMUNGUS)


(MANUAL DE GASLANDS Y ALGUNOS EJEMPLOS DE COCHES DE JUGUETE CUSTOMIZADOS)


(KERO)


Y seguro que podríamos seguir así días, pero creo que ya hemos dicho bastante de Mad Max y todo lo que le orbita copiando su estilo y universo. Me encantaría que me dijéseis que desconozco, o que me dejo, porque me encanta el mundo de los “coches que disparan”. Así que no os cortéis, el cuadro de texto está ahí, para vosotros, o mi twitter, (que lo cambié) @pixel_van_gogh .

Ahora, me gustaría saber, si hubo algo anterior a Mad Max que juntase tan bien los coches de combate con el futuro postapocalíptico, y no, no me vale Death race 2000, que ya hemos hablado de ello.

Un abrazo mutantes, y recordad, si os veo desde la ventana con una manguera y una garrafa acurrucados junto a mi Pick Up, os pego un tiro mangantes.



5 comentarios:

  1. Mierda de la buena la de este post. Yo no soy mucho de post-apocalipsis, pero pocas pelis son más cyberpunk que la saga Mad Max. La tercera además tiene uno de los títulos más evocadores del cine: "Más allá de la Cúpula del Trueno". La más floja para mí es la primera, porque conocer la historia previa al colapso le quita misticismo. Puede ser porque yo me estrené con El guerrero de la carretera y no con Mad Max, claro.

    Muchas partidas de Car Wars cayeron, sobre todo en modo combate entre vehículos sin historias ni leches (el juego tenía una pequeña parte sobre reglas y ambientación y montones de páginas sobre creación de vehículos). Me pasé todo un verano buscando el vehículo perfecto y al final resultó ser uno con chasis de berlina, motor enorme, cohetes de aceleración, blindaje metálico en el morro y placa de embestida =). Por cierto, hay un juego similar al Car Wars con el sistema de Savage Worlds, el Savage Arena.

    Finalmente, por aportar algún detalle curioso sobre al impacto cultural de la saga, en algunos foros económicos se usaba el término "Mad Max" para referirse a una situación de enorme crisis tras un punto de no retorno cada vez más próximo. El Mad Max vendría a ser el mundo resultante tras una singularidad económica en la que al perder la confianza en el dinero fiduciario, los mercados financieros mundiales implosionarían.

    Sin más, Gloria Perpetua a Furiosa!

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    1. A mi es un lore que me flipa el postapocalipsis, pero debo reconocer que no goza de mucha gloria ni de acertadas obras. Hay mucho bodrio por ahí.
      La primera para mi tampoco me marcó en lo más mínimo, para empezar, no tenía uso de razón en su épica, pero ya con Mad Max 2 sí que pude alucinar, y a parte lo que digo que es poco más que una apuesta de serie b que salió bien.

      Yo estoy como loco por estrenar mi Gas Lands, pero primero tengo que tunearme 6 hot wheels y leerme el manual, me crecen los enanos.

      No sabía lo del Mad Max en terminos financieros, pero te recomiendo leer Apocalipsis Suave si no lo has hecho ya, es muy, muy plausible y divertida.

      Gracias pro participar, bienvenido/a siempre!

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  2. Saludos Sr pixel,por casualidades de la vida ,buscando una reseña del juego dark future,he caido en este su blog,y no he podido evitar leerlo de principio a fin en solo unos dias,parece escrito por mi clon con el que comparto recuerdos artificiales implantados o viceversa,jeje.mi infancia con mi querido spectrum 48k teclas de goma,la primera vez que vi robocop en el cine con 11 o 12 años,flipar con Mad Max(Max rockatansky en mi top de antiheroes,sin ninguna duda) cuando ponian alguna de sus partes por la tele,ver alien el octavo pasajero en el cineclub de la 2 a las tantas de la madrugada con la luz apagada y a escondidas de mis padres,mi lectura de un mundo feliz de huxley,mi album de coches con los prototipos futuristas molones,en fin como decia nuestro amigo Roy Batty,recuerdos que se perderan como lagrimas en la lluvia...

    No me enrollo mas,me ha encantado su blog por la afinidad de ideas y pasiones y me llevo un buen puñado de sugerencias sobre todo literarias que no conocia:pequeños heroes,apocalipsis suave,islas en la red,no conocia las continuaciones de neuromancer ,ni tampoco la trilogia de Marid Audran por la que parece que tiene usted gran estima.
    De lo que yo conozco y no he visto ninguna reseña en su blog:la saga de Ender,Orson scott card introduce ideas muy originales e interesantes en cada parte de la saga y no hace mucho lei el maestro cantor,tambien de este autor una curiosa y emotiva historia de ciencia ficcion.
    y el relato corto No tengo boca y debo gritar,que tambien me parece de lo mas flipante!

    ooooopssss se me fue el santo al cielo! si le doy un poco de caña al vehiculo de reparto aun llego a tiempo de entregar la pizza y no perder mi empleo en pizzas cosa nostra!hasta pronto!

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    1. Si fuese humano estoy seguro por mis procesadores de comportamiento orgánico que el término adecuado para tu comentario sería "me emocionas" , pero pese a las explicaciones al respecto en mi base de datos, me resulta imposible saber que se experimenta al respecto, pero estoy convencido a un 99,998% de que sería la expresión adecuada.

      Muchas gracias, y que alegría que aparezca por aquí gente surfeando el ciberespacio por esas cosas que voy soltando por aqui, y que por supuesto, compartimos.

      Espero te dejes pasar por aquí de vez en cuando, que el ciberespacio es un lugar demasiado grande, solitario y frio.

      Me queda muuuuucha ciencia ficción que rescatar, que descubrir, y que descuartizar a medida que la megacorporación y el resto de mis hobbies.exe me permitan XDDDD

      Bienvenido y un placer!!!!!!

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    2. Yo no lo hubiera definido mejor Sr.pixel;por supuesto que me dejare caer en busca de mas perlas de sabiduria y excelente retorica.
      Gracias y el placer es mio;)

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