UNA SERIE DE DIBUJOS ANIMADOS POST CYBERPUNK
Hoy vamos a viajar al 2071 imaginado en
1998 por Hajime Yatate, que no es una persona, si no varias,
es un seudónimo coral que responde al alias de “El creador
Original”, un grupo creativo de la productora japonesa Sunrise,
a cargo de otras obras clásicas CIFI de la televisión
japonesa como Gundam.
El encargado de
dirección fue Shinichiro Watanabe, con Macross en su
palmares, y algún capítulo de Animatrix.
A simple vista,
podréis pensar que hablo de una serie infantil de dibujos animados,
y bueno...en ocasiones, algunos de sus capítulos son sosos y tibios,
con toques de un ridículo e inocente humor oriental que a veces uno
no llega a captar. Pero la atmósfera de sus 26 episodios, esconde en
realidad una de las mejores obras audiovisuales de ciencia ficción
emitidas en televisión en las últimas décadas. No en balde, el
CIFI y el cyberpunk
han encontrado sus mejores representaciones en movimiento en el anime
japonés, alcanzando un reconocimiento maduro muy a tomar en serio
con títulos como Akira,
Appleseed, Ghost In The Shell, Alitta Battle Angel, Blame,
etc... Si me pusiese a elaborar un catálogo encontraríamos más
títulos de éxito en la industria del dibujo animado nipón, que en
Hollywood, donde por norma suelen ser mal logradas adaptaciones del
anime, de obras clásicas literarias, o títulos originales aislados
en el tiempo y de poca proyección comercial como son los casos de
Días Extraños, Johnny
Mnemonic, Robocop, Blade Runner,
o Desafío Total.
Por
lo que no hay que tomar a la ligera los dibujos animados para adultos
dentro de la ciencia ficción, y en especial los subgéneros del
cyberpunk y el
tech-noir, porque han
hecho más por ellos que la industria californiana.
Dicho
ésto, la propia televisión japonesa decidió limitar los capítulos
del estreno de la serie en horario para todos los públicos durante
su primera emisión, porque consideraron que no era apta para todas
las edades. Yo sinceramente, creo que no es para tanto, pero
realmente, sería echar a perder la serie si en España la
emitiésemos en horario infantil, porque seguramente aburriría a
muchos críos, que no percibirían muchos de los matices
existenciales y los guiños cinéfilos que la serie nos ofrece. Es
más, en España pasó sin pena ni gloria, emitida únicamente en un
par de canales televisivos autonómicos como el andalúz y el
catalán.
En
el resto del mundo, especialmente EEUU, su emisión fue un éxito
absoluto convirtiéndose en culto. De hecho, la todopoderosa Netflix,
ya ha anunciado que tiene un remake
en metraje real en marcha, del que se especula Keanu
Reeves será el encargado
de interpretar uno de los papeles principales. Ya veremos como acaba
la noticia.
HUMO Y XPLOTATION 70`S A BORDO DE LA BEBOP
Si
hay algo que me llama poderosamente la atención en Cowboy
Bebop, y que le
diferencia de otros animes, es su enorme cantidad de guiños al
género policiaco de los 60 y la novela negra, junto con una banda
sonora al pelo, magistral, que convierten la serie en un producto
mimado y cuidado al detalle, demasiado para esos escépticos que me
leéis y aún pensáis que los “dibujitos” no pueden dar mucho de
sí.
De
hecho, algunos de los mejores capítulos llevan como título un
género musical como el Blues, el Jazz o el Folk. Muy melodramático.
El
tabaco es la otra seña de identidad de la serie. No hay ni un sólo
capítulo en la que alguien no encienda un pitillo.
“la
vida se está volviendo dura para los fumadores”
Dicen en un capítulo, y ese podría ser el lema de toda la serie,
perfectamente. El tipo duro en gabardina y corbata debe fumar, la
femme fatale siempre sugerente soltando humo de sus atractivos
labios, tan noir! Un estilo envuelto en volutas de humo
azuladas que revive los años 70 en el futuro distópico.
En
2071 la humanidad ha conquistado el sistema solar gracias a unas
“autopístas” de relee (al estilo Mass
Effect) por las que
cruzar el sistema a toda velocidad como el que va por la radial de
peaje en un GTI. El humano se ha esparcido por lunas y planetas del
sistema, en colonias, olvidándose de la vieja Tierra, que sufrió un
apocalíptico destino al estallar su relee, afectando a la Luna, que
perdió un buen pedazo de su esfera, con horribles consecuencias para
el ritmo gravitacional y ecológico de nuestro planeta azul.
Esas
colonias, no son maravillosas ciudades de space opera
con torres y agujas que llegan hasta el cielo, no, son colmenas
industriales al más puro estilo cyberpunk,
con diferentes ecologías y estilos de vida, diferentes modas, y
diferente cultura, pero todas respiran un aire de opresión grisáceo
y tristón, decadente y distópico. Así que no catalogaría Cowboy
Bebop como una space
opera pese a que viajen de una
colonia a otra en naves espaciales, si no más bien una obra post
cyberpunk, como Carbono
Modificado, en la que el
humano también ha trascendido, capaz de colonizar nuevos planetas,
pero incapaz de deshacerse de las lacras sociales y políticas que
nos distinguen en la actualidad, una evolución tecnológica, pero no
social,
“Tecnología
alta, perfil bajo”.
La
serie abre con una de las mejores cabeceras que he visto en mucho
tiempo, un homenaje al Xplotation
policial que tocó techo con Clint
Eastwood
y Charles Bronson,
toda una declaración de intenciones y una inmejorable carta de
presentación a la zaga del maestro Lalo
Schifrin,
compositor de Harry
el Sucio, Starsky y Hutch o
Enter the Dragon
entre otras.
En un futuro dónde viajamos de satélite en satélite en naves espaciales monovolúmen, Cowboy Bebop se agarra a todo esto del xplotation noir y policiaco de los 60 con anacronísmos tan descarados como el uso de viejas pistolas del siglo XX, no usan armas láser no, usan 9 mm, Colt, Desert Eagle, como Harry. La estética y las influencias están muy claras.
A
ritmo de blues, jazz, y funk embarcamos en la Bebop,
la nave espacial hogar de nuestros protagonistas originales, Spike
y Jet, que irá engordando
filas con Faye, Ed y
el perro Ein.
Los perfiles y las
identidades de nuestros protagonistas gozan cada uno de un rico
trasfondo y de una marcada personalidad que influirá en el
desarrollo no lineal de los capítulos de la serie. A lo largo de los
26 episodios, como decía antes, hay un gran número de ellos que no
trascienden, que funcionan de forma independiente como
entretenimiento pasajero, sin un hilo conductor o argumental,
respetando siempre sus señas características de estilo noir.
Aún así, la serie respeta las líneas temporales de cada uno sobre
la misma línea, en orden, y consigue que todos formen parte de una
misma historia, aunque repleta de interludios triviales.
La nave espacial
Bebop, se convierte así en la piedra angular de todos ellos,
en su pegamento. Porque otra de las características que une la serie
al subgénero cyberpunk, es
la individualidad de sus protagonistas, sus intenciones materiales,
un grupo de caza recompensas de delincuentes y fugitivos, movidos por
la paga para seguir tirando hacia adelante, mientras arrastran
pesadas cadenas del pasado, huyendo de sus propias vidas hacia
adelante, con más ansia que ética.
Ese
universo personal de cada protagonista, sus secretos, serán
desvelados poco a poco en los capítulos estrella de la serie, los
más enriquecedores, aportando peso y calidad argumental a la serie,
evitando que sea solo una colección de aventuras de entretenimiento
en el espacio.
La
serie es conclusa, nos ofrece un principio y un final, y eso la hace
redonda, sin dudas, sin ambigüedades, impertérrita.
Spike,
el
cowboy, el ronin (cómo ya desarrollaba en la entrada referente a
Blame!),
un ex miembro de un grupo del crimen organizado, estilo Yakuza,
atormentado por el dolor del desamor y la deslealtad.
Jet,
el sensei, la voz de la experiencia, un expolicía con el brazo
artificial, fantasma metálico de su pasado.
Faye
Valentine,
en el papel de la buscona (ya se que no es muy acertado ni queda muy
bonito, pero no pretendo que tenga connotaciones de género), nómada
sin pasado, amnésica, especialista en el timo, el engaño y tretas
de seducción. Un personaje en el rol de femme
fatale.
Ed,
una cría andrógina, natal de la Tierra, el personaje donaire, el
soplo de juventud en la tripulación, el contrapunto de humor con
tecnología, ya que la pequeñaja es un hacker insuperable, de
habilidades innatas.
Ein,
la mascota, un perro mejorado biológicamente, inteligente y empático
como un humano. El mejor amigo del hombre.
Un
grupo heterogéneo y unido con alfileres, que en ocasiones se ocultan
información, se mienten, y se odian, pero que poco a poco formarán
lazos distantes, a su manera, con frías pero firmes relaciones
personales.
¿UN WESTERN O UNA DE SAMURAIS?
A
parte de la importancia de la banda sonora, seña de identidad
indiscutible de la serie, inseparable de la misma como por ejemplo en
las películas de Tarantino
(de las que por cierto en
ocasiones la serie parece beber en cada tiroteo o duelo, no exento de
sangre y muertes que parecen piruetas); Todo está imbuido de ese
aire de novela negra, ese future noir,
encarnado en Spike. Con
su americana y su aspecto varonil, etiqueta yakuza, víctima del
romanticísmo y el desamor, con un cigarrillo encendido bajo la
lluvia de la gran ciudad. Esa postal es Cowboy
Bebop.
Una
exaltación de la masculinidad al más puro estilo japonés con todas
sus premisas
En
la mayoría de los artículos relacionados a Cowboy
Bebop se ha aceptado que
se trata de un western futurista, y de ahí incluso el título, pero
la figura del cowboy, como leíamos con WilliamGibson, en la ciencia
ficción, no alude sólo al símil de nuestros protagonistas
cyberpunk con el de
llanero solitario en una sociedad dura y al margen de la ley, por lo
que estimo que abarca mucho más que la alusión al caza recompensas
o atrapa forajidos.
Para
mi, Spike,
encaja más en el paralelísmo oriental del ronin, como decía
anteriormente. Un samurai sin señor, una rolling stone
obligada a seguir sobreviviendo tras verse despojado de un código,
de un señor, de unas normas. Un animal extraviado que ha perdido el
camino de regreso.
Cowboy
Bebop
se me asemeja más a una historia de crímen de John
Woo
que a un western, aunque lo debería de hablar con mi suegro, que es
una verdadera enciclopedia del salvaje oeste. No yo.
A
parte de los capítulos de desarrollo de personajes, flashbacks
del pasado y cuentas pendientes, hay pequeñas perlas creativas al
margen de los fantasmas personales del equipo de cazarecompensas de
la Bebop. Encontraremos
algunos episodios maravillosos, homenajeando por ejemplo a Alien
el Octavo Pasajero, guiños a obras maestras como Conde Cero, otros géneros directamente unidos a la serie por su estética y antecedentes como el blackxplotation pimp de Iceberg Slim, y
pequeños cuentos CIFI
que abordarán clásicos temas como la inmortalidad, el poder, el
consumismo y la religión.
La
búsqueda de uno mismo, la soledad, el amor, son asuntos
sentimentales importantes en toda la serie también.
Entre
todo esto, sin complejos ni miedo, la inocente serie de “dibujitos”
se atreve incluso con personajes transgénero y las relaciones
homosexuales.
Largos planos fijos, estáticos, sobre los que fluyen conversaciones
poéticas y profundas.
Y bajo todo ésto, los caprichos inconexos, y los infantilísmos
aportados por peRsonajes como Ed para refrescar el ritmo y
adaptarlo al mayor público posible, la serie es todo un drama en su
corazón.
Sólo hay que saber mirar, hay que prestar atención a las mejores
partes del guión, empaparse de la música de cada capítulo... y tal
vez encender un cigarro, o no, para darse cuenta de la genialidad
subyacente en Cowboy Bebop, una serie de “dibujos animados”.
Claro.
Os animo a visionarla en Netflix, o cualquier otro método que
estiméis oportuno.
Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDesert Eagle creo que solo salen dos en los 26 capitulos. El arma de Spike es una IMI Jericho. Mismo fabricante diferente musica. Una pistola de 9mm. que encaja mejor en el estilo profesional del personaje.
ResponderEliminarPor que incluso en eso C.Bebop es una obra cuidadosa con los detalles. Y tiene cuidado de transmitir el mensaje adecuado a quien sepa interpretar su codigo.
Corrijo. Según http://www.imfdb.org solo en un capitulo aparece la IMI Desert Eagle concretamente en el 2, "Stray Dog Strut".
Eliminarhttp://www.imfdb.org/wiki/Cowboy_Bebop#Desert_Eagle
Wuaow, eso es tenerlo claro! Agradezco muchísimo el apunte Cifu. La verdad que sin duda, los detalles en C.B. es lo que marca la diferencia. Hay mucho mimo y mucho cariño a todo aquel cine de "justicia callejera" de los 60 y 70. Requiere mucho conocimiento en verdad para exprimirlo todo bien del todo, mejor que yo por supuesto, sin duda.
EliminarEn cuanto a la influencia de Tarantino. Si bien en el 98 ya había dirigido sus primeros grandes éxitos creo que seria mas correcto hablar de inspiraciones comunes. Esto se nota especialmente en "el hombre con el ataúd" (Waltz for Venus, si mal no recuerdo) clara referencia a la versión *Mi nombre Django (Django 1966)*.
ResponderEliminarLa cuidada estética de los tiroteos también nos evoca a referentes comunes como el cine de acción de Hong Kong. Alcanzando su clímax en el enfrentamiento de de Spike con su nemesis. Una escena con una plasticidad que el director americano solo se a acercado a mostrar en Kill Bill.
La verdad que en cine asiatico estoy muy pez. Creo que debo dedicarle algo más de tiempo visto lo visto
EliminarLa filmografia recomendada del Feng-Shui es un buen punto de partida. Aunque como en todo es cuestión de gustos.
EliminarPor ejemplo la "danza marcial" de Tigre y Dragon a mi se me antoja innecesariamente barroca, mientras que los espectáculos arlequinescos de Jackie Chan me encantan. Incluyendo su reciente etapa de retorno Hong-Kong.
De echo la filmografia del actor asiático es quizás un buen resumen del estilo cinematográfico de la ex-colonia:
Desde el 2004 tenemos:
New Police Story (2004) comedia policial.
La venganza del dragón (2009) drama mafioso con critica social.
1911 (2011) drama histórico.
El extranjero (2017) uno de los mejores thrillers de espionaje recientes.