jueves, 18 de octubre de 2018

FLASHBACK

FLASHBACK



Esta última semana la realidad me está aplastando un poco con su bendita rutina y sus consecuencias padecidas por la mayoría de los mortales en el occidente civilizado. Nada de lo que pueda quejarme realmente , ya se sabe que todo puede ir peor, aunque mejor también. Pero aquí lloriqueos ninguno, el problema es que me queda poco tiempo para huir a éste mi rincón personal de relax y esparcimiento personal compartido, pero gracias a Dios, y al transporte público, al menos saco rato para devorar libros y tebeos con toneladas de CIFI. Aún y con esas, me gusta esconderme aquí como poco, un rato a la semana, y me esfuerzo por ello.

He podido tocar menos las video consolas últimamente, pero gracias a la tecnología portátil, he podido escaquearme del trabajo y las obligaciones con algunas cositas, y una de ellas, ha sido un título que aunque parezca que puede servirme para pasar media horita rápida, da más quebraderos de cabeza de los que recordaba en mi época escolar cuando lo probé en la Megadrive de Sega.

EL JUEGO


Allá por 1992, el mundo de los videojuegos, y mi generación escolar, tuvimos la suerte de recibir un titulo que hoy se ha convertido en un incunable por méritos propios, Flashback, que celebra su 25 aniversario con un jugoso remaster HD para Nintendo Switch, que pronto (finales de éste Octubre) llegará también a PS4 y XBOX en una edición coleccionista que no deberíais perderos. Así que el título está más vivo y de moda que nunca.
Para cualquier amante de los videojuegos CIFI, el cyberpunk, y la retro cultura, Flashback es leyenda. Delphine Software, compañía francesa nacida en 1988, con Paul de Senneville y Paul Cuisset (padre de la criatura en cuestión) al mando, ya nos había sorprendido con algunos títulos clásicos como Future Wars, y justo el año antes de nuestro juego protagonista de hoy, se lucieron a lo grande con Another World, del que Flashback heredó múltiples características que comentaremos más adelante. El futuro de la compañía parecía un camino de flores y éxitos, con titulazos como los descritos, y éxitos de ventas asombrosos en Europa por aquél momento (un total de 750.000 copias hasta 1995 que convirtieron a Flashback en un record Guiness oficial, ostentando la medalla del video juego francés más vendido de la historia), pero la industria del videojuego no es un paseo por el campo un domingo de Abril. En 1993 crearon la compañía subsidiaria Adeline, que desaparece en 2002, para que finalmente en 2003 Delphine fuese vendida a Doki Denki, e irremediablemente en 2004 quebrase y cerrase, habiéndose centrado desde entonces en la franquicia Moto Racer y dejando algunos juegos para el recuerdo (no precisamente por su calidad técnica, ni jugable, si no más bien por lo contrario) como Shaq-Fu, el innombrable juego de lucha y artes marciales con la ex estrella de los Orlando Magic como protagonista, que es entrañable desde luego, pero no es bueno ni de lejos. ¿Qué decir al respecto?. Flashback en cuestión fue distribuido por U.S. Gold.



Así que si por algo recordaremos el trabajo de nuestros vecinos galos, es por el juego que nos concierne hoy y su hermano mayor, Another World. Este predecesor de Flashback, que merece una review personalizada para otro momento, destacó principalmente por su brillante historia de ciencia ficción y fantasía, y la mecánica y estética del juego, que se desarrolló sobre lo ya visto años atrás (1989) en Prince of Persia. Un juego de aventura y plataformas, en 2D horizontales sin scroll de fondo, si no pantallas individuales conectadas, y gráficos rotoscopiados que se convirtieron en la principal seña de identidad de éstos tres títulos. Flashback exprimió todas estas características al máximo por ser el último y más reciente juego diseñado al completo siguiendo éstas pautas.

La aventura nos pone en el papel de Conrad, un estudiante del cercano año 2140, y comenzamos con una atropellada huida de lo que parece ser algún tipo de centro de retención o penitenciario en el que para más INRI, se han asegurado de darnos un “blowmind” al más puro estilo Desafío Total en Total Recall, y nos han borrado la memoria. Por lo que Conrad no sabe quién es, ni por qué huye, pero su yo del pasado se ha asegurado de ir dejándonos pistas al más puro estilo Douglas Quaid. La huida y búsqueda de los recuerdos de Conrad nos hará recorrer zonas incivilizadas del exterior de las urbes, ciudades retro futuristas con toda la estética industrial y cyberpunk de Blade Runner; Participaremos en despiadados concursos televisivos como en The Running Man, y todo para al final regresar a la Tierra y descubrir una horrible verdad que involucra a una raza alienígena infiltrada desde hace tiempo entre los humanos. Pese a que el argumento va en crescendo hacia una trama mucho más transhumanista que un clásico argumento cyberpunk, toda la estética cumple con los cánones tal y como hemos comentado antes y como reflejo en los guiños o similitudes que a lo largo del juego podemos encontrarnos con otras películas o novelas CIFI. Superar los niveles requería ingenio, reflejos, y paciencia, mucha paciencia, no es un juego de plataformas de cualquier mascota de una compañía desarrolladora, no, era un plataformas maduro, serio y con mala uva.

El juego exige repetir una y otra vez el recorrido de las fases en el orden correcto, mejorando cada intento, como una yincana narrativa, en la que gracias a los saltos exactos, desenfundar el arma más rápido que nuestros enemigos, y recoger los ítems necesarios sin caer en trampas de seguridad mortales que desintegrarán molecularmente a Conrad, pues avanzaremos en el desarrollo de esa historia conspiranoica.

Mucho hablamos ahora del Dark Souls, de los juegos difíciles, de cómo nos desesperamos...Pero yo cada vez que rejuego un clásico retro, de la generación de 8 ó 16 bits, me da la sensación de que me he vuelto peor jugador con los años. ¿Pero si me he pasado el Ninja Gaiden Sigma, y el Dark Souls II? ¿Qué me pasa cuando enchufo el Abu Simbel Profanation, o éste mismo Flashback, que necesito una hora y media como poco para conseguir el primer password? Estos juegos de hace décadas no son moco de pavo, y suponen todo un reto para cualquier jugador de cualquier generación, y reto a los que se consideren millenials o de la generación Z a intentarlo de la forma más saludable y animosa posible. Porque como decía al empezar ésta entrada del blog, Flashback no nos sirve para desconectar media hora, nos vamos a comer una hora o dos en resolver la primera fase, y vamos a querer más.

Quizás sea que antes, cuando comprábamos un juego, el juego, que apenas ocupaba un puñado de megas en comparación con los gigas actuales, estaba ideado para resultar un reto duradero, que nos tuviese ocupados el máximo tiempo posible, comprimido todo en poco espacio (virtualmente hablando), lo que obligaba a ponerle unos niveles de dificultad (principalmente basada en los reflejos del jugador y su memoria) elevados. Mientras que actualmente, caemos y caemos desde un undécimo piso, como en La Haine, en un vacío de ansiedad y consumismo que nos empuja a quererlo todo de inmediato, sentirnos recompensados en la mayor brevedad posible, sin sufrimiento, sin sudar, mermando nuestra capacidad de superación, nuestro interés por esforzarnos, y nuestra tolerancia a la frustración. porque actualmente tenemos juegos muy largos, y muy bellos, pero con una generosa curva de satisfacción entre el desarrollo y los objetivos cumplidos. O eso... o me hago viejo y cascarrabias, lento y pedorro.

El juego es una maravilla en mayúsculas, y si visitas Tungsteno Dreams, no creo que me equivoque al recomendartelo a todas luces, porque te va a encantar. El original está disponible en Amiga, PC (MS-DOS), Mega Drive, Super Nintendo, Jaguar (Atari) y Sega CD, para disfrutarlo en su salsa, pero no problema, porque el remake del que informaba al inicio del texto, nos lo va a poner en bandeja en nuestras nuevas máquinas, y aunque le han dado un lavado de cara HD (texturas, resolución, etc..), han activado la posibilidad de Vista Clásica para jugarlo tal cual, de un modo similar a la remasterización de The Monkey Island en consolas de nueva generación.


EL LEGADO


El universo de Flashback se expandió con una precuela cómic por Marvel, escrito por James Moore, con textos de Rick Parker y dibujado por Mike Harris (Spiderman y The Punisher) y Frank Percy (Lobezno y The Punisher también) .Incluso se comercializó un doble CD de música, que no era la del juego, pero estaba inspirada en su universo, compuesto por Jean Baudlot (también conocido como Laurent Vaguener y Eurorepresentante de Mónaco en el 79 para Eurovisión) y Fabrice Visserot, con algunas pistas en las que las atmosferas wave, librerías de sinths y los vibes retro son los protagonistas, pero que tampoco componen un álbum musical electrónico en su totalidad, si no una BSO atmosférica con tracks de persecución, suspense, y otras tantas recreaciones musicales escenográficas.
Hubo secuelas de Flashback, sí, Fade to black para PS3, que nos ponía de nuevo en el papel de Conrad, pero no gozaría del reconocimiento y aceptación de la obra magna del videojuego rotoscopiado, ya que se lanzó al gráfico 3D (aquél primigenio de polígonos gordos) compitiendo con prematuras genialidades como Resident Evil o Tomb Raider, que le quitaron las pegatinas y lo derribaron a la cuneta del futuro del videojuego. Creo (no me atrevo a asegurarlo) que se trató de publicar una tercera entrega, que bebía de la primera directamente, para Game Boy Advance, y que iba a titularse Flashback Legends, pero ahí ya me meto en un jardín del que no se si sabré salir dignamente si abro más la bocaza.

La sombra de Flashback es alargada y así lo percibo, pudiendo encontrar reminiscencias más actuales en otros videojuegos de CIFI actuales o recientes de nueva generación, como Remember Me de Capcom, en el que una joven protagonista en un Paris cyberpunk, se ve envuelta en una techno odisea por recuperar sus recuerdos digitalizados, guión que parece beber en cierto modo de la historia cyberpunk de nuestro amnésico Conrad envuelto en un sainete future noire, y que casualidad o posible homenaje de Capcom, que el juego se desarrollase en Paris, lugar de nacimiento de Flashback. Otro título en el que encuentro partículas del legado Flashback, es el indie DEX, otra estricta historia cyberpunk con toques de rol y plataformas, desarrollado en un mapeado de pantallas independientes en 2D de estética retro, en la que la protagonista debe resolver fases de plataforma en plataforma y liquidando enemigos en una vista plana horizontal. Ya les daré su protagonismo a ambos en el cercano y distópico futuro.



¿Qué más puedo añadir a la memoria de ésta perla de la corona? Seguramente mucho más, porque es un juego que ha removido la memoria colectiva y que sigue haciéndolo 25 años después, pero mis conocimientos, investigaciones, y opiniones personales tras jugarlo llegan hasta aquí. 
Hasta la próxima.

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