DUO DE TITANES
Buenas noches soñadores del número
atómico 74, no lo llamemos Wolframio por favor, y espero que la
conexión neuronal con mi cuchitril virtual sea estable y vuestros
avatares no sufran de glitch mientras pasáis aquí un rato,
compartiendo conmigo ciencia ficción, obras, opiniones, ideas
y conceptos.
Os recuerdo que abajo hay un campo de
opiniones, comentarios, quejas e insultos libre de la vigilancia del
roboministerio corporativo de civismo y ciudadanía, gracias a unos
firewall piratas de Ten-Tech cortesía de unos becarios de Bangladesh
fans de William Gibson. Así que sentiros libres de aportar vuestro
rastro genético en mi nodo, o de saludarme ene twitter,
@pixel_van_gogh .
Cumplido el protocolo, cargamos la
rutina del día, que versará sobre cómic en ésta ocasión,
ya que hace más de un mes que no hablamos de viñetas distópicas.
Hoy voy a abordar una obra corta, pero
artísticamente intensa, una que conocí precisamente gracias a la
participación de un visitante, Eduardo Pérez, que en Julio
compartía con todos nosotros sus percepciones sobre la obra The
Future Is Now de Josán González. Gracias Edu, porque
llevabas toda la razón, y como siempre reconozco, no soy ningún
gurú ni catedrático versado en el universo inabarcable del tebeo,
cómic o novela gráfica, llámalo X. Aprendo al tran tran,
de forma autodidacta y gracias a aportaciones de gente como Edu, que
repito, no pudo estar más acertado cuando mencionó a Geof
Darrow.
Me apunté aquello, y me tomé mi
tiempo para bucear en el dataverso, chocando con la
protagonista de hoy, Hard Boiled.
Esta obra englobada en 3 pequeñas
entregas, comenzó en 1990 y finalizó en el 93, editada en la
siempre omnipresente Dark Horse, con historia de Frank
Miller. Y siendo sincero, son dos pesos muy pesados para lo
humildemente poco que he tratado con ellos. ¿por qué mentir? Así
que me puse un poco las pilas al respecto para sacarle más jugo a un
cómic breve pero intenso y muy gozoso.
Mano a mano, los dos colosos, se
marcaron una obra ágil y light dentro de la densidad a la que
nos tienen acostumbrados, pero que no lejos de su intención lúdica
y relajante de crear sin presiones en Hard Boiled, de darse un
caprichito rápido así hablando en plata, y desengrasar mente y
muñeca, firmaron un interesantísimo título con un rápido pero
directo cometido intelectual a cerca de la realidad, una ciber “vida
es sueño” ultra violenta y cargada de humor negro. No es una obra
superflua o poco meritoria, porque ni Miller ni Darrow
suelen defraudar ni aunque se lo propusieran, y puede ofrecer mucho
más de lo que pretendieron, sin aspiraciones, de forma innata y
natural pese a su concepción de entremés. Y ahí está su grandeza
y la prueba de la genialidad del dúo, su don de rey Midas.
Darrow, natural de Iowa, exhibe
su admiración por el estilo europeo de Moebius en cada viñeta
de Hard Boiled, recargando barrocamente cada espacio con
delicias, saturando nuestra visión y sobre estimulando nuestro
cerebro. Fiel a las paletas pastel que conviven en el mismo color
pero a diferentes tonos, como ya vimos en The Future is Now,
creando esa sensación de estar leyendo la página con unas viejas
gafas 3D de papel charol en dos colores, y haciendo innecesario un
coloreado realista con ésta suerte de relleno “vidriera” que
todo completa de maravilla.
Toda esa influencia afrancesada
proviene de su admiración y cooperación con el grupo de creativos
Humanoides asociados de los que también hemos hablado ya por
encima en el blog en La Casta de los Metabarones. De toda
aquella experiencia y cooperación francesa, Darrow parió
Bourbon Thret, asegurandose ya una clara seña de identidad en
su arte desde entonces.
De hecho, fue Moebius quien hizo
de alcahuete entre Darrow y Miller en Los Angeles, para
que naciese Hard Boiled, y se llevase el premio Eisner.
También es importante mencionar su
importancia en los artes de la saga cinematográfica Matrix.
Podríamos intentar meternos en profundidad a desgranar la vida, obra
y milagros de Darrow, pero ni soy tan fan como para empalmarme
hablando de él (aún) ni voy a saber contar mucho más de lo que os
ofrece la red si sois gente curiosa.
Con Miller me pasa un poco lo
mismo, 300, El caballero oscuro, Sin City,
principalmente para mis gustos Ronin (ya hablaremos de ella en
el futuro distópico), así que tampoco voy a tirarme el folio con
él, por ésta vez, la próxima lo habré masticado como un chicle.
SER O NO SER, 404 NOT FOUND.
En un distópico futuro cercano, Hard
Boiled nos presenta a Nixon, ¿o es Carl Setz? No
espera… ¿Carl Burns? ¿Harry Seltz? ¡Demonios ni él
mismo sabe cómo se llama! ¿Cómo es posible? Pues porque éste
perfecto esposo y padre de familia de dos querubines, cobrador de
impuestos ejemplar, propietario de una vivienda unifamiliar y un
utilitario vintage es en realidad un ciborg de
la compañía Willeford, una herramienta de matar en contínuo
incógnito incluso para él mismo.
De forma casual o no, no creo en las
casualidades, la idea de la obra se centra en lo mismo en lo que se
centró después Matrix, alguien que vive una realidad
ficticia dentro de la realidad real que desconoce. Una versión
techno noir de la maldición del hombre lobo, humano de día,
bestia de noche, que al despertar cada mañana cree haber sufrido
horribles pesadillas de asesinatos, carnicerías y carreras por el
bosque a la luz de la luna. Eso le ocurre a Nixon.
Podríamos pensar que Hard Boiled
es una obra corte de no más de 200 páginas ideada para que Darrow
se luzca, sin duda, el arte gráfico prima sobre los diálogos, el
trasfondo o el hilo argumental. Pero con una premisa tan sencilla, la
semilla de la historia da sus frutos. Y la narrativa es sustituida
por imágenes violentas, explosiones, tiroteos sanguinolientos y
masacres en lugares públicos con un ciborg protagonista que
se enfrenta a una nueva realidad al descubrir que no es un tipo
normal, con un trabajo normal, y una familia de anuncio.
¿Tomará la pastilla roja o la azul?
No pienso hacer el spoiler, bastante he desvelado ya aunque
era imprescindible para poder dar unas pinceladas de la sinopsis.
FUTURE NOIR
El título, Hard Boiled, ya es
toda una declaración de intenciones de la obra, haciendo alusión a
un género en sí, popular en los 1920 y 1930, que era un subgénero
derivado de la novela negra, de dudosa reputación en el ámbito
pulp, por abusar explícitamente de violencia y sexualidad en
sus historias.
Cumplirá canónicamente con la
estética requerida, siendo nuestro ciborg protagonista un
cliché estético del detective de novela negra, rudo, violento, con
su gabardina y sus pantalones grandes de pinzas, la cartuchera bajo
el sobaco, y su T-Bird con el interior hecho un vertedero de envases
de comida rápida. Una suerte de blade runner. Todo con una
estética ucrónica o retro futurista años 50.
Siguiendo estas características del
dogma “hard boiled”, el cómic de mismo nombre ahonda de
repente en la cuestión existencial, la revelación de la verdad, la
aceptación o negación de los hechos y la capacitación de superar
el shock. Y hablar más del tema, debido a su brevedad, sería pecar
en spoiler.
Pero no todo es seguir el cánon a píes
juntillas, los personajes que completan el elenco a parte de Nixon,
como su mujer Becky, sus hijos, o el CEO de Willeford,
son una auténtica canallada satírica, esperpénticos, especialmente
éste último, un cachalote deformado con flequillo de Tintín
agasajado continuamente de forma automática con servicios sexuales y
comida basura, muy en la línea de los tróspidos que hemos visto en
otros tebeos como Tokyo Ghost, humanoides infectos y
repulsivos que representan todo lo que detestamos en el ser humano,
la gula, la avaricia, la cosificación…humanos deshumanizados, una
deprimente visión cyberpunk de nuestra evolución que quedará
en manos de las máquinas que nosotros mismos hemos creado.
Así que poco más puedo hacer que
recomendaros a todos éste homenaje de la novela negra pulp de
“a duro”, con un confundido Philip Marlow cibernético de
protagonista.
Sólo recomendárosla encarecidamente,
dejaros llevar un rato en cada viñeta abarrotada de detalles de
cultura popular y mensajes subliminales erótico festivos, grafitis
provocadores y outfits inverosímiles entre las masas de peatones en
la calle; Y paraos a pensar un momento en la situación de Nixon
sin dejaros llevar por la orgía de sangre que va a salpizaros.
Si os gustó
Transmetropolitan o The Future is Now, ésta obra va a
ser sumamente esclarecedora para todos. Nos leemos pronto la próxima,
¡¡palabra!!
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