CADILLACS AND DINOSAURS
Bienvenidos de nuevo amigos del
tungsteno, al futuro pasado. Hoy tras el atracón de ciencia
ficción literaria de la última entrada, una obra
“complicadilla” además, con mucho galimatías y teorías
difíciles de comprender, vamos a relajarnos con una obra en viñetas.
Vamos a ese futuro apocalíptico que
tanto me gusta, EL FIN, cuando todo se va a freir espárragos,
la humanidad es escasa y las pasa canutas, y el ecosistema se ha
vuelto infinitamente hostil, un apocalípsis de manual, de los
buenos. Pues en esta ocasión, es un futuro que tras la hecatombe
ocurrida en algún momento del siglo XX, por motivos desconocidos no
documentados que se han perdido en las ruinas de la anterior
civilización, y de cuya fidelidad sólo quedan rumores convertidos
en tradición oral pasada de boca en boca de abuelos a nietos, ha
generado una nueva fauna y flora durante los siglos e los que la
humanidad permaneció refugiada en búnqueres de los efectos
devastadores del colapso. Y cuando suena la alarma, y hay que
abandonar los refugios, y salir de nuevo a la vieja Tierra, los
dinosaurios, grandes mamíferos, y todo tipo de criaturas dignas de
la Isla del Doctor Moreau vuelven a reinar sobre la faz del
planeta. El futuro ha involucionado, ha ido hacia atrás, y el hombre
es testigo y debe imponerse de nuevo en la pirámide evolutiva.
Cuentos de la era xenozoica es
la traducción que se le dio a ésta obra nunca acabada cuando se
estrenó en España a finales de los 80, y que podemos disfrutar
actualmente e un volumen recopilatorio de Aleta Ediciones. La
innovadora visión apocalíptica del siglo XXVI de Mark Schultz
fue y sigue siendo un soplo de frescura para el género, que sin
embrago, no optó por presentar en nuevas técnicas ni estilos
contemporáneos del comienzo de los 90, no, si no que bajo la
absoluta influencia del cómic pulp de los años 50 y
60, adoptó los estilos artísticos de viejos maestros atemporales
como Borroughs, Howard, o Frazetta. Y como he
reconocido muchas veces, no soy un erudito del comic, ni siquiera de
la ciencia ficción en general, sólo soy un apasionado y un
charlatán que se desquita plasmando sus innecesarias opiniones en el
metaverso, pero en cuanto abrí mi primer Xenozoic, lo vi
claro… La espada Salvaje de Conan era una de sus principales
influencias. Aunque insisto, sin ser yo un lince de las grapas ni un
“sticky fingazz” de los cajones repletos de
tebeos , por un momento también viajé a mi infancia, a lo profundo
de mi cerebro, a aquellos viejos Dan Dare, o los tarzán
y Kazar que mi padre me compraba casi al peso en el rastro de
Madrid.
Mark Schultz es norteamericano,
nacido en Philadelphia en aquella década de los 50 que influyó
definitivamente su futuro. Estudió bellas artes, se desplazó a
Pitsburgh, y atesoró una pingüe colección de Marvel y DC que un
día decidió cambiar en una tienda por un lote de tebeos de la
editorial AC. Y ahí cambió todo. Supongo que el tendero que
le hizo el cambio no era consciente de que iba a nacer un artista
gracias a tan desequilibrado y abusivo trueque. Así que todos
contentos.
Fueron esos viejos cómics de AC
los que marcaron el camino artístico de Schultz. Una
colección que tras la crisis de los superhéroes tras la GGMM
consiguió captar la atención de un amplio sector del público con
un nuevo reclamo, uno muy primitivo además, las curvas. Se puede
decir que a AC Comics se le atribuye el mérito de popularizar
el comic de “Good girls” o lo que venía siendo, emplear
el estilo pin up en sus heroínas y personajes femeninos,
siempre sugerentes, antes muertas que sencillas, manteniendo la pose
favorecedora aunque la viñeta estuviese cargada de amenazas
mortíferas.
Hoy en día, se tildaría de
hipersexualización, solo que claro, los baremos de hipersexualizar
en los 50, a hipersexualizar en los 2010, han cambiado mucho, y una
aventurera con la camisa anudada sobre el ombligo y unos pantalones
de licra, hoy día, no escandaliza a nadie y resulta de lo más
casual. Yo, considero incluso, que algunos autores a fecha de
hoy respeten aquél estilo, es más un homenaje y un tributo a
aquellos pioneros de la fotografía y la ilustración y sus
rompedoras modelos, heroínas del feminismo y la libertad que se convirtieron en estrellas de los cheesecakes como la
indómita Betty Page.
Me parece romántico y bohemio. Aún
así, pese a que considero la diferencia cronológica cultural que
nos separa de aquella década, el good girl style evolucionó
a una excusa barata de la industria para atraer a público
“libidinoso” y hombres “verdes” de los que no logro entender
que veían que les produjese “picorcillo” en las tiras de Scarlet
O`Neil por ejemplo, que por otro lado, no se distancian tanto en
estilo artístico de la Clara de Bernet.
Desde que comienza Xenozoic,
Schultz va mejorando ese mismo estilo con el que comienza,
pero su perfeccionismo, y por qué no decirlo, su lentitud, o incluso
procrastinación, desesperaron a la legión de fans que consiguió
con su título original. Tardaba mucho en entregar nuevos números. Y
tanto va el cantaro a la fuente, que al final se rompe, y el unIverso
de Xenozoic quedó cojo para siempre, sin un final conclusivo,
y con varios melones abiertos pendientes de un digno cierre de guión.
Tal vez, esto alimente más la leyenda del título si cabe.
Si nos paramos a divagar un poco,
semejante fatalidad, convierte la obra en un oopart fuera de
su tiempo, hasta el extremo de que está inconclusa, como si su autor
ya no estuviese entre nosotros, pero no seamos tan gafes, que sí,
que sigue con nosotros, aunque no parece tener ninguna intención de
resolver la situación de su más famosa colección. Sus obras
posteriores tuvieron que ver con héroes del calibre de Conan, The
Spirit, Black Canary, Doc Savage y El Príncipe Valiente que
curiosamente, fue una de las mayores inspiraciones de Schultz
desde su infancia. Así que parece que algunos cumplen sus sueños.
Mis sueños son de Tungsteno, y hechas
las presentaciones, vamos a charlar sobre lo que he encontrado en las
páginas de Xenozoic.
ECOLOGIA Y TUNNING CON MUCHA SOLERA
Cumpliendo con el estilo anteriormente
indicado, fiel a las directrices de AC, Schultz nos
lleva al SXXVI y nos planta en la costa este norteamericana en esa
nueva era Xenozoica. Antes de dar la sinópsis protocolaria,
como anécdota, Schultz es un fanático enamorado de los
dinosaurios, pasó horas y horas en museos desde crío contemplando a
los viejos reptiles, para después dibujarlos. Y en Xenozoic Tales
reinventó nuevas razas totalmente propias que poblasen su mundo.
Y así comenzamos en las ruinas de lo
que parece ser un viejo Nueva York cubierto por el mar, con las olas
cubriendo viejos rascacielos tras una subida de las aguas oceánicas.
Y pronto conoceremos a Jack “Cadillac” Terenc y a una
forastera, que viene del viejo Washington en calidad de diplomática,
Hanna Dundee.
Jack es un bruto misterioso,
uno de esos galanes de cine en blanco y negro, que tras tomar un
Martini seco abofetea a la chica pero luego la besa y aquí no ha
pasado nada. Un rostro tallado en piedra, un adonis musculado, blindado contra romances, con el orgullo hasta arriba, testarudo y
cabezota al que no le saca de sus trece ni su madre. Un macho alfa en
toda regla.
No solo cumple con todos esos
requisitos de líder para el retrogusto nato de la década de los 50
, si no que el tipo es un mecánico de primera, y pasa el rato
restaurando viejos modelos de coche clásico americano como Cadillacs
y Chevrolets. ¿Para qué queremos más? Ya tenemos todo lo que hacía
falta, excepto tabaco rubio americano y rock and roll. Una pena que
aún no haya cómics con banda sonora incorporada.
Por Si fuera poco, Jack es una
especie de neo chamán, un erudito en flora y fauna, que defiende que
la antigua civilización llevó el planeta al desastre por culpa de
no respetar la naturaleza, y que cometer los mismos errores en contra
del medio ambiente y los dinosaurios, volverá a degenerar en un
desequilibrio aún mayor del que se lamentarán todos los
supervivientes. Así que su segundo hobby después de la mecánica,
es patearle el culo a los cazadores furtivos de reptiles.
La otra cara de la moneda es Hanna,
que si Jack encarna a una especie de Adán, sin duda ella será
la Eva, cargando con algunos de los tópicos más retrógrados del
machismo socialmente tolerado de mitades de siglo XX, ya que es
ladina, seductora, y algo intrigante, pero es la única que logra
sacar a Jack de su área de confort sin perder su perenne
postura de calendario. Ella lo desestabiliza, y la línea de su
alianza y lealtad mutuas a veces se difumina en busca de sus
intereses personales. Una femme fatale del viejo Hollywood
entintada en una hoja en blanco. Al menos, pese a que no representa
una amenaza semejante a la de Jack en refriega y tiroteo,
manca no es, y siempre va a sacarle las castañas del fuego a Jack
cuando no le quedan ases en la manga.
Son un dúo práctico y bien avenido
con sus atracciones y desencuentros. Es una especie de amor
platónico, de relación tensa en la que ninguno de los dos se atreve
a dar un paso hacia adelante, porque pese a los tópicos, ambos son
almas libres y salvajes. Qué bonito.
Y así conformamos al dúo
protagonista, que a lo largo de 15 números, seguiremos por las
marismas, ruinas, minas, cavernas, pantanos y montañas del xenozoico, a píe o pisándole al
El Dorado restaurado, o a un El Camino.
Sus aventuras rondarán en torno de la
anulación de cazadores furtivos, conspiraciones entre los miembros
de los gobiernos tribales de la ciudad hundida y nuevo Wasoon,
rescates en minas y otras explotaciones naturales, y las más
interesantes, aquellas en las que vamos descubriendo poquito a poco
secretos de nuestra pareja protagonista, alimentando así el
trasfondo de cada uno poco a poco, aumentando posibilidades para
futuros números que nunca llegaron, al menos de manos de Schultz,
porque Steve Stiles sí llegó a dibujar algunas historias de
la saga rebautizadas con el nombre comercial por el que todos conocemos la obra, Cadillacs and Dinosaurs.
La trama, tomará también claras
inspiraciones Lovecraftianas (nada extraño en un admirador de
Howard) muy de agradecer, que convierten la historia en un
relato mucho más weird si es posible, teniendo presente que
hablamos de que en el futuro, volverá a haber dinosaurios, que ya es
suficiente paradójico. Y no voy a spoilear, aunque ganas de
tirar de la manta en ésta trama no me faltan. Pero será mejor que
lo descubráis vosotros, que son unas lecturas cómodas y rápidas
que dejan hambriento a cualquiera.
Así que ecología, conciencia y crítica política son los principales "troyanos" dentro de las aventuras del tebeo.
EL LEGADO DE MARK SCHULTZ
Y tan hambrientos como yo quedaron
miles de fans, pero la industria no quiso perder comba con la fábrica
de lowriders y saurios, el público estaban ansiosos de más,
embrujados por semejante mezcla. Y comenzaron a llegar los productos
derivados de la obra de Schultz.
El más destacable de todos, y el que
disparó el xenozoico al Olimpo de la cultura pop, el videojuego
desarrollado por Capcom, Cadillacs & Dinosaurs, un
auténtico clásico de recreativo que nos destrozó la mente y el
monedero a todos. Aquél 1992, Jack, Hanna, el personaje
secundario Mustapha Cairo y un prácticamente espontáneo Mess
O`bradovich que en los cómics sólo se deja ver de refilón en
los dos primeros números y no le dan ni una línea para ni un solo
bocadillo. De hecho cuesta asociar el personaje del juego a alguno
dentro del cómic si no sacamos la lupa.
El juego es un beat’m’up
de manual al estilo Final Fight o Punisher en
aquellos años de guerra entre Capcom y SNK que tantas
joyas del género nos dejaron. Así pues, en solitario o a dobles,
recorreremos ocho niveles del mundo de la era xenozoica, con alguno
de los cuatro protagonistas, cada uno con diferenciados puntos
fuertes, siguiendo un modelo de jugabilidad explotado hasta la
saciedad en los brawlers, distinguiendo entre luchadores
débiles pero rápidos, lentos pero fuertes, y equilibrados. Nada
que no haya contado ya por ejemplo en la entrada dedicada a ArmoredWarriors. Y del mismo modo, siguiendo el manual de los beat’m’up
(o ya hack’n’slash siendo quisquillosos) podremos
deleitarnos con un amplio arsenal de armas contundentes, de filo y de
fuego con los que derrotar furtivos y dinosaurios agresivos.
También conduciremos algún coche del
garaje de Jack, así que el juego no nos permite aburrirnos ni
un momento. Además, la curva de dificultad y satisfacción está muy
bien medida, siendo relativamente fácil hasta para un manco como yo,
hacer la menos 3 niveles con un solo crédito, pero si nos confiamos
mucho, de ahí en adelante estaremos gastando “monedas de 5 duros”
como si no hubiese un mañana, ya bien enganchados al desarrollo de
nuevos escenarios con nuevos líderes de fase y enemigos cada vez más
complicados. La típica de los camellos que decían nuestras madres
en el cole, la primera dosis es gratis, para que te enganches. Ay
mamá, si supieses lo cara que es la droga, entenderías que nadie la
regala, ni la mete en cromos ni calcamonías.
Dos años después, la fiebre del
gasoil y los reptiles no había mermado, y en nuestros PCs y Sega CD
se estrenaba Cadillacs & Dinosaurs The Second cataclysm,
un shooter motorizado en tercera persona automovilística que
no tuvo ni la mitad de repercusión ni acogida, ya que en parte, por
aquella época, no todos teníamos un megazor monstruoso de
periféricos de SEGA sobre nuestras megadrives.
Antes dije que ojalá hubiese cómics
con BSO, pues bueno, en 1994 se editó un álbum musical de rock
inspirado por la obra, titulado Songs from the Xenozoic Era
firmado por Schultz y Christensen, con Little
Richard y Professor Longhair entre otros artesanos del
ritmo.
Y durante un año,
la CBS emitió una serie de dibujos animados, que planteada para
todos los públicos y tremendamente edulcorada, carente de todo
espíritu pulp o weird y readaptada al gusto de cartoon americano de
los 90, continúo dándonos aventuras en la era xenozoica, que en
España, se televisó en algunos canales autonómicos como por
ejemplo telemadrid, que yo recuerde. Y oye, me flipó verla por aquél
entonces. La serie fue desarrollada por De Souza Productions,
e introducía personajes exclusivos del videojuego que no habíamos
visto aún en las historietas.
También tuvo su propio juego de rol,
que también recuerdo con misterio y curiosidad en un revistero de
Alfil Juegos, con los bolsillos vacíos.
¿Qué falta? Bueno hubo muñecos,
caramelos, y todo tipo de chuminadas, pero a mi lo que de verdad me
fliparía (y me adjudico la patente, aquí, ante los ojos del Cyborg
supremo) es un sandbox para consolas de nueva generación, un
amplio mapa que explorar, a píe, en moto o en un Chevy del 64, con
tu hilo argumental y tus misiones secundarias, a lo GTA. Oh sí, eso
sería … xenozoico por completo!!!
Así que el xenozoico, lejos de
representar la extinción, sigue muy presente, amiguetes reptilianos.
No os costará stremear la serie de dibujos en la red, oir el disco
en spoty, o comprar los cómics reeditados. Os invito a compartir
conmigo vuestras experiencias y demás conocimientos acerca de ésta
maravillosa obra, que aunque breve, y algo apolillada, aún tiene esa
magia involutiva de la que estoy seguro que beben obras más modernas
de la viñeta como Involución de Rick Remender, y
alguna otra que aún no conozca, seguro.
Sed buenos, no sobrepaséis el límite de velocidad después de leer Xenozoic, y respetad los animales y el medio ambiente. ¡Un saludo!
Recuerdo con cierta nostalgia la serie (de seguro la miro ahora y es inmirable)
ResponderEliminarEl arcade sin dudas es lo que mas trascendio de esta franquicia.
Si, es "inmirable" la serie XD . Gracias por participar Rodrigo y Anímate con los cómics. Aunque coincido contigo, el arcade fue total
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