miércoles, 26 de junio de 2019

EL FIN EN VIÑETAS - II: CUENTOS DE LA ERA XENOZOICA


CADILLACS AND DINOSAURS


Bienvenidos de nuevo amigos del tungsteno, al futuro pasado. Hoy tras el atracón de ciencia ficción literaria de la última entrada, una obra “complicadilla” además, con mucho galimatías y teorías difíciles de comprender, vamos a relajarnos con una obra en viñetas.
Vamos a ese futuro apocalíptico que tanto me gusta, EL FIN, cuando todo se va a freir espárragos, la humanidad es escasa y las pasa canutas, y el ecosistema se ha vuelto infinitamente hostil, un apocalípsis de manual, de los buenos. Pues en esta ocasión, es un futuro que tras la hecatombe ocurrida en algún momento del siglo XX, por motivos desconocidos no documentados que se han perdido en las ruinas de la anterior civilización, y de cuya fidelidad sólo quedan rumores convertidos en tradición oral pasada de boca en boca de abuelos a nietos, ha generado una nueva fauna y flora durante los siglos e los que la humanidad permaneció refugiada en búnqueres de los efectos devastadores del colapso. Y cuando suena la alarma, y hay que abandonar los refugios, y salir de nuevo a la vieja Tierra, los dinosaurios, grandes mamíferos, y todo tipo de criaturas dignas de la Isla del Doctor Moreau vuelven a reinar sobre la faz del planeta. El futuro ha involucionado, ha ido hacia atrás, y el hombre es testigo y debe imponerse de nuevo en la pirámide evolutiva.



Cuentos de la era xenozoica es la traducción que se le dio a ésta obra nunca acabada cuando se estrenó en España a finales de los 80, y que podemos disfrutar actualmente e un volumen recopilatorio de Aleta Ediciones. La innovadora visión apocalíptica del siglo XXVI de Mark Schultz fue y sigue siendo un soplo de frescura para el género, que sin embrago, no optó por presentar en nuevas técnicas ni estilos contemporáneos del comienzo de los 90, no, si no que bajo la absoluta influencia del cómic pulp de los años 50 y 60, adoptó los estilos artísticos de viejos maestros atemporales como Borroughs, Howard, o Frazetta. Y como he reconocido muchas veces, no soy un erudito del comic, ni siquiera de la ciencia ficción en general, sólo soy un apasionado y un charlatán que se desquita plasmando sus innecesarias opiniones en el metaverso, pero en cuanto abrí mi primer Xenozoic, lo vi claro… La espada Salvaje de Conan era una de sus principales influencias. Aunque insisto, sin ser yo un lince de las grapas ni un “sticky fingazz” de los cajones repletos de tebeos , por un momento también viajé a mi infancia, a lo profundo de mi cerebro, a aquellos viejos Dan Dare, o los tarzán y Kazar que mi padre me compraba casi al peso en el rastro de Madrid.
Mark Schultz es norteamericano, nacido en Philadelphia en aquella década de los 50 que influyó definitivamente su futuro. Estudió bellas artes, se desplazó a Pitsburgh, y atesoró una pingüe colección de Marvel y DC que un día decidió cambiar en una tienda por un lote de tebeos de la editorial AC. Y ahí cambió todo. Supongo que el tendero que le hizo el cambio no era consciente de que iba a nacer un artista gracias a tan desequilibrado y abusivo trueque. Así que todos contentos.

Fueron esos viejos cómics de AC los que marcaron el camino artístico de Schultz. Una colección que tras la crisis de los superhéroes tras la GGMM consiguió captar la atención de un amplio sector del público con un nuevo reclamo, uno muy primitivo además, las curvas. Se puede decir que a AC Comics se le atribuye el mérito de popularizar el comic de “Good girls” o lo que venía siendo, emplear el estilo pin up en sus heroínas y personajes femeninos, siempre sugerentes, antes muertas que sencillas, manteniendo la pose favorecedora aunque la viñeta estuviese cargada de amenazas mortíferas.
Hoy en día, se tildaría de hipersexualización, solo que claro, los baremos de hipersexualizar en los 50, a hipersexualizar en los 2010, han cambiado mucho, y una aventurera con la camisa anudada sobre el ombligo y unos pantalones de licra, hoy día, no escandaliza a nadie y resulta de lo más casual. Yo, considero incluso, que algunos autores a fecha de hoy respeten aquél estilo, es más un homenaje y un tributo a aquellos pioneros de la fotografía y la ilustración y sus rompedoras modelos, heroínas del feminismo y la libertad que se convirtieron en estrellas de los cheesecakes como la indómita Betty Page. 
Me parece romántico y bohemio. Aún así, pese a que considero la diferencia cronológica cultural que nos separa de aquella década, el good girl style evolucionó a una excusa barata de la industria para atraer a público “libidinoso” y hombres “verdes” de los que no logro entender que veían que les produjese “picorcillo” en las tiras de Scarlet O`Neil por ejemplo, que por otro lado, no se distancian tanto en estilo artístico de la Clara de Bernet.
Desde que comienza Xenozoic, Schultz va mejorando ese mismo estilo con el que comienza, pero su perfeccionismo, y por qué no decirlo, su lentitud, o incluso procrastinación, desesperaron a la legión de fans que consiguió con su título original. Tardaba mucho en entregar nuevos números. Y tanto va el cantaro a la fuente, que al final se rompe, y el unIverso de Xenozoic quedó cojo para siempre, sin un final conclusivo, y con varios melones abiertos pendientes de un digno cierre de guión. Tal vez, esto alimente más la leyenda del título si cabe.

Si nos paramos a divagar un poco, semejante fatalidad, convierte la obra en un oopart fuera de su tiempo, hasta el extremo de que está inconclusa, como si su autor ya no estuviese entre nosotros, pero no seamos tan gafes, que sí, que sigue con nosotros, aunque no parece tener ninguna intención de resolver la situación de su más famosa colección. Sus obras posteriores tuvieron que ver con héroes del calibre de Conan, The Spirit, Black Canary, Doc Savage y El Príncipe Valiente que curiosamente, fue una de las mayores inspiraciones de Schultz desde su infancia. Así que parece que algunos cumplen sus sueños.



Mis sueños son de Tungsteno, y hechas las presentaciones, vamos a charlar sobre lo que he encontrado en las páginas de Xenozoic.

ECOLOGIA Y TUNNING CON MUCHA SOLERA


Cumpliendo con el estilo anteriormente indicado, fiel a las directrices de AC, Schultz nos lleva al SXXVI y nos planta en la costa este norteamericana en esa nueva era Xenozoica. Antes de dar la sinópsis protocolaria, como anécdota, Schultz es un fanático enamorado de los dinosaurios, pasó horas y horas en museos desde crío contemplando a los viejos reptiles, para después dibujarlos. Y en Xenozoic Tales reinventó nuevas razas totalmente propias que poblasen su mundo.
Y así comenzamos en las ruinas de lo que parece ser un viejo Nueva York cubierto por el mar, con las olas cubriendo viejos rascacielos tras una subida de las aguas oceánicas. Y pronto conoceremos a Jack “Cadillac” Terenc y a una forastera, que viene del viejo Washington en calidad de diplomática, Hanna Dundee.
Jack es un bruto misterioso, uno de esos galanes de cine en blanco y negro, que tras tomar un Martini seco abofetea a la chica pero luego la besa y aquí no ha pasado nada. Un rostro tallado en piedra, un adonis musculado, blindado contra romances, con el orgullo hasta arriba, testarudo y cabezota al que no le saca de sus trece ni su madre. Un macho alfa en toda regla.
No solo cumple con todos esos requisitos de líder para el retrogusto nato de la década de los 50 , si no que el tipo es un mecánico de primera, y pasa el rato restaurando viejos modelos de coche clásico americano como Cadillacs y Chevrolets. ¿Para qué queremos más? Ya tenemos todo lo que hacía falta, excepto tabaco rubio americano y rock and roll. Una pena que aún no haya cómics con banda sonora incorporada.
Por Si fuera poco, Jack es una especie de neo chamán, un erudito en flora y fauna, que defiende que la antigua civilización llevó el planeta al desastre por culpa de no respetar la naturaleza, y que cometer los mismos errores en contra del medio ambiente y los dinosaurios, volverá a degenerar en un desequilibrio aún mayor del que se lamentarán todos los supervivientes. Así que su segundo hobby después de la mecánica, es patearle el culo a los cazadores furtivos de reptiles.

La otra cara de la moneda es Hanna, que si Jack encarna a una especie de Adán, sin duda ella será la Eva, cargando con algunos de los tópicos más retrógrados del machismo socialmente tolerado de mitades de siglo XX, ya que es ladina, seductora, y algo intrigante, pero es la única que logra sacar a Jack de su área de confort sin perder su perenne postura de calendario. Ella lo desestabiliza, y la línea de su alianza y lealtad mutuas a veces se difumina en busca de sus intereses personales. Una femme fatale del viejo Hollywood entintada en una hoja en blanco. Al menos, pese a que no representa una amenaza semejante a la de Jack en refriega y tiroteo, manca no es, y siempre va a sacarle las castañas del fuego a Jack cuando no le quedan ases en la manga.

Son un dúo práctico y bien avenido con sus atracciones y desencuentros. Es una especie de amor platónico, de relación tensa en la que ninguno de los dos se atreve a dar un paso hacia adelante, porque pese a los tópicos, ambos son almas libres y salvajes. Qué bonito.
Y así conformamos al dúo protagonista, que a lo largo de 15 números, seguiremos por las marismas, ruinas, minas, cavernas, pantanos y montañas del xenozoico, a píe o pisándole al El Dorado restaurado, o a un El Camino.
Sus aventuras rondarán en torno de la anulación de cazadores furtivos, conspiraciones entre los miembros de los gobiernos tribales de la ciudad hundida y nuevo Wasoon, rescates en minas y otras explotaciones naturales, y las más interesantes, aquellas en las que vamos descubriendo poquito a poco secretos de nuestra pareja protagonista, alimentando así el trasfondo de cada uno poco a poco, aumentando posibilidades para futuros números que nunca llegaron, al menos de manos de Schultz, porque Steve Stiles sí llegó a dibujar algunas historias de la saga rebautizadas con el nombre comercial por el que todos conocemos la obra, Cadillacs and Dinosaurs.
La trama, tomará también claras inspiraciones Lovecraftianas (nada extraño en un admirador de Howard) muy de agradecer, que convierten la historia en un relato mucho más weird si es posible, teniendo presente que hablamos de que en el futuro, volverá a haber dinosaurios, que ya es suficiente paradójico. Y no voy a spoilear, aunque ganas de tirar de la manta en ésta trama no me faltan. Pero será mejor que lo descubráis vosotros, que son unas lecturas cómodas y rápidas que dejan hambriento a cualquiera.



Así que ecología, conciencia y crítica política son los principales "troyanos" dentro de las aventuras del tebeo.

EL LEGADO DE MARK SCHULTZ


Y tan hambrientos como yo quedaron miles de fans, pero la industria no quiso perder comba con la fábrica de lowriders y saurios, el público estaban ansiosos de más, embrujados por semejante mezcla. Y comenzaron a llegar los productos derivados de la obra de Schultz.
El más destacable de todos, y el que disparó el xenozoico al Olimpo de la cultura pop, el videojuego desarrollado por Capcom, Cadillacs & Dinosaurs, un auténtico clásico de recreativo que nos destrozó la mente y el monedero a todos. Aquél 1992, Jack, Hanna, el personaje secundario Mustapha Cairo y un prácticamente espontáneo Mess O`bradovich que en los cómics sólo se deja ver de refilón en los dos primeros números y no le dan ni una línea para ni un solo bocadillo. De hecho cuesta asociar el personaje del juego a alguno dentro del cómic si no sacamos la lupa.



El juego es un beat’m’up de manual al estilo Final Fight o Punisher en aquellos años de guerra entre Capcom y SNK que tantas joyas del género nos dejaron. Así pues, en solitario o a dobles, recorreremos ocho niveles del mundo de la era xenozoica, con alguno de los cuatro protagonistas, cada uno con diferenciados puntos fuertes, siguiendo un modelo de jugabilidad explotado hasta la saciedad en los brawlers, distinguiendo entre luchadores débiles pero rápidos, lentos pero fuertes, y equilibrados. Nada que no haya contado ya por ejemplo en la entrada dedicada a ArmoredWarriors. Y del mismo modo, siguiendo el manual de los beat’m’up (o ya hack’n’slash siendo quisquillosos) podremos deleitarnos con un amplio arsenal de armas contundentes, de filo y de fuego con los que derrotar furtivos y dinosaurios agresivos.
También conduciremos algún coche del garaje de Jack, así que el juego no nos permite aburrirnos ni un momento. Además, la curva de dificultad y satisfacción está muy bien medida, siendo relativamente fácil hasta para un manco como yo, hacer la menos 3 niveles con un solo crédito, pero si nos confiamos mucho, de ahí en adelante estaremos gastando “monedas de 5 duros” como si no hubiese un mañana, ya bien enganchados al desarrollo de nuevos escenarios con nuevos líderes de fase y enemigos cada vez más complicados. La típica de los camellos que decían nuestras madres en el cole, la primera dosis es gratis, para que te enganches. Ay mamá, si supieses lo cara que es la droga, entenderías que nadie la regala, ni la mete en cromos ni calcamonías.



Dos años después, la fiebre del gasoil y los reptiles no había mermado, y en nuestros PCs y Sega CD se estrenaba Cadillacs & Dinosaurs The Second cataclysm, un shooter motorizado en tercera persona automovilística que no tuvo ni la mitad de repercusión ni acogida, ya que en parte, por aquella época, no todos teníamos un megazor monstruoso de periféricos de SEGA sobre nuestras megadrives.



Antes dije que ojalá hubiese cómics con BSO, pues bueno, en 1994 se editó un álbum musical de rock inspirado por la obra, titulado Songs from the Xenozoic Era firmado por Schultz y Christensen, con Little Richard y Professor Longhair entre otros artesanos del ritmo.



Y durante un año, la CBS emitió una serie de dibujos animados, que planteada para todos los públicos y tremendamente edulcorada, carente de todo espíritu pulp o weird y readaptada al gusto de cartoon americano de los 90, continúo dándonos aventuras en la era xenozoica, que en España, se televisó en algunos canales autonómicos como por ejemplo telemadrid, que yo recuerde. Y oye, me flipó verla por aquél entonces. La serie fue desarrollada por De Souza Productions, e introducía personajes exclusivos del videojuego que no habíamos visto aún en las historietas.
También tuvo su propio juego de rol, que también recuerdo con misterio y curiosidad en un revistero de Alfil Juegos, con los bolsillos vacíos.



¿Qué falta? Bueno hubo muñecos, caramelos, y todo tipo de chuminadas, pero a mi lo que de verdad me fliparía (y me adjudico la patente, aquí, ante los ojos del Cyborg supremo) es un sandbox para consolas de nueva generación, un amplio mapa que explorar, a píe, en moto o en un Chevy del 64, con tu hilo argumental y tus misiones secundarias, a lo GTA. Oh sí, eso sería … xenozoico por completo!!!

Así que el xenozoico, lejos de representar la extinción, sigue muy presente, amiguetes reptilianos. No os costará stremear la serie de dibujos en la red, oir el disco en spoty, o comprar los cómics reeditados. Os invito a compartir conmigo vuestras experiencias y demás conocimientos acerca de ésta maravillosa obra, que aunque breve, y algo apolillada, aún tiene esa magia involutiva de la que estoy seguro que beben obras más modernas de la viñeta como Involución de Rick Remender, y alguna otra que aún no conozca, seguro.

Sed buenos, no sobrepaséis el límite de velocidad después de leer Xenozoic, y respetad los animales y el medio ambiente. ¡Un saludo!



2 comentarios:

  1. Recuerdo con cierta nostalgia la serie (de seguro la miro ahora y es inmirable)

    El arcade sin dudas es lo que mas trascendio de esta franquicia.

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    1. Si, es "inmirable" la serie XD . Gracias por participar Rodrigo y Anímate con los cómics. Aunque coincido contigo, el arcade fue total

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