NOSTALGIA Y SERIE B
Me alegro de volver a dejaros mis
bitácoras por el ciberespacio de nuevo. Me he visto obligado a
retrasar mi ritmo de publicaciones por culpa de una contingencia
común, el típico problema de bacterias venusianas que cualquiera
puede coger en un ferry transorbital en la clase turista. Pero nada
que la biomedicina y las nanotécnicas no puedan resolver en unos
días de reposo y continuadas dosis de fármacos.
Hechas las presentaciones, hoy voy a
recuperar el tiempo perdido con una entrada ligerita de mi colección
personal “EL FIN”. Ya sabéis, ciencia ficción postapocalíptica,
historias de los wastelands,
cuentos del yermo radioactivo y la neo-edad de piedra. Y digo
ligerita, porque no vamos a meternos en uno de esos fregados extensos
y complicados con más de un millón de acepciones y secretos, ni se
tratará de la obra de un autor consagrado con una vida caótica y
desordenada llena de misterios y tirabuzones filosóficos. No. Hoy
voy con el segundo capítulo bloggeado
de “EL FIN EN
FOTOGRAMAS” con una
película que podemos calificar como desastrosa siendo generoso, pero
que a mi, personalmente, me pone la barra de nostalgia al 200% porque
me recuerda a las películas que las cadenas de televisión aún se
atrevían a emitir en las sobremesas, o aquella caratula del
videoclub que entraba por los ojos, papá alquilaba, veíamos en
familia, y cada vez que yo quería que la volviesen a alquilar mi
padre decía
“Ni loco, es una
castaña hijo mio”
Levantemos
el telón, dejémonos de incógnitas, hoy voy a despellejar América
3000, una
de las casposas maravillas de La Cannon.
Ahora entendéis la introducción ¿verdad?.
Desde
1967 hasta 1994 el grupo Cannon
nos ha deleitado con centenares de películas de bajo y medio
presupuesto que han abordado todos los géneros posibles, siendo más
recordada por la ficción y la fantasía y sus efectos especiales de
segunda.
Las
recuerdo con especial cariño por sus películas de ninjas como Enter
the ninja o Revenge of the Ninja,
la picantona Emanuelle
4, sus
films de tendencia urbana como Rappin'
y Breakin2:Electric Boogaloo,
acción puramente americana con Chuck
Norris
y sus Delta Force,
justicieros violentos como Cobra
de Stallone,
ciencia ficción para toda la familia pese a ser un poco malrollera
como mi fetiche preferido de la compañía, Invasores
de Marte...
o la mítica espada y brujería de marca blanca, Barbarians.
Consiguieron
crear un branding
absolutamente reconocible por cualquier fan del séptimo arte que
comenzaba con sus portadas y terminaba con otro montón de detalles
muy personales como la banda sonora. Bárbaros, extraterrestres, playboys, zombies, pandillas urbanas, ninjas... los roles favoritos
del fandom
ochentero. Los reyes del xplotation.
Cannon,
solía ser sínónimo de blockbuster
dominguero de videoclub entre los 70 y los 80 principalmente. Con
especial éxito en Reino Unido pese a ser una compañía
norteamericana.
Idas,
venidas, independendencia, problemas económicos, absorciones
corporativas, jugosas licencias desaprovechadas... La historia de la
Cannon
es algo digno de estudio a parte, pero no entra dentro de mis
materias más dominadas, eso podría dejársleo al colega Vic Winner,
seguro, pero no vine a internet a hacerme el guay, vine a hablar de
CIFI.
Porque
sí, amados visitantes, ya sabéis que éste blog,
es un espacio libre, vírgen y primigeneo, con pocas aspiraciones, humilde, en la
que comparto material con alegría, gusto, respeto y buen humor, de
una de las aficiones que más me gusta, de la que “algo” se, y de
la que continuaré aprendiendo a diario gracias a los aportes de cada
uno y mi propia inquietud autodidacta. Y como presento en la
cabecera, es un sitio para hablar de ciencia
ficción
sin complejos, ni queriendo sentar cátedra, porque siendo sincero,
veo mucho erudito que se presenta como tal, pero que tras una breve
misión de recopilación informativa, descubro que han leído
bastante menos que yo, que ya es decir, porque ojalá tuviese más
tiempo para ello. Pero que conmigo, no vais a encontrar a un tipo que
cree haber descubierto Asimov,
o que si no has visto 2001
diez veces no te pone en el mismo podio. No. Os recibo a todos y
todas con los brazos abiertos y sin prejuicios. Sin camarillas ni castas.
Por
eso, por inadaptado, antistablishment,
chumer y
cowboy punk
en general, hoy hablo de América
3000.
Mad
Max 2 sentó la cátedra de los wasteland
en 1981, de la mano de G.
Miller.
Me atrevo a decir que inspiró absolutamente todo lo posterior que
tuviese que ver con una dura vida de barbarie en un mundo en ruinas
post atómicas. Todo. Y hay quien lo reconoce abiertamente, como
Tetsuo Hara
cuando dibujó a Ken
de
El puño de la
estrella del norte. Pero
tal vez, o igual no, David
Engelbach
quizás no...o sí..o...ouch...yo que sé.
EL YERMO MAS MATRIARCAL, Y COMO HEMOS CAMBIADO
Este
director puede que sea recordado por Yo
el halcón con
Stallone
conduciendo un camión y echando pulsos en bares de la carretera de
la América profunda; O por Death
Wish 3
con Charles Bronson
repartiendo justicia callejera; Pero no por América
3000.
Tal
y como el título nos promete, sin tener que dejarnos los cuernos
para adivinarlo, sí, seremos bienvenidos a la América del año
3000. En concreto Colorado, que si ya de por sí es un estado famoso
por sus zonas desérticas y sus formaciones rocosas como el Gran
Cañón, pues después del fallout,
los rayos gamma y la lluvia ácida, pues allí ya no crecen ni los
cardos.
La
tradición oral recuerda a lso supervivientes que la culpa de todo
fue por al guerra entre “Americans” y “Comunis”. Pura guerra
fría oiga.
En
un ecosistema tan magnífico, resulta que tenemos a la humanidad
sumida en una nueva edad de piedra post nuclear. Para más I.N.R.I.,
los habitantes de Colorado se han separado en sexos, y esto es algo
de lo más fascinante de la película, si algo lo es, y ahora
entramos en materia.
Los
pobres vagabundos en taparrabos, autollamados “Konstrus”
(o algo parecido), liderados
por Korvis (Chuck Wagner,
de quien no he visto ni una peli mas), van de aquí para allá por el
yermo recopilando trastos de ruinas y tratando de no ser cazados por
las mujeres.
Sí,
habéis leído bien, las mujeres son el depredador en la pirámide
social del año 3000. Reunidas en clanes de neo amazonas guerreras,
dominatrices despiadadas, llamadas “Frays”
(o algo asá) controlan el yermo. Lideradas por Vena
(Laurene Landon, más
conocida por Maniac Cop,
Aterriza como puedas 2, Hundra...)
, que
hereda el mando tras la violenta muerte de su hermana mayor,
dan caza a los varones, y
los convierten en sus “juguetes”, eunucos, esclavos, y sementales
para perpetuar la especie. Es fascinante como una película de
aquella década, camufla de bodrio CIFI
de Serie B, una guerra de sexos tan flagrante que hoy en día sería
impensable de filmar. En los 80, ha quedado como anécdota casposa.
Hoy en día sería un suicidio. Me encanta.
Me
recuerda mucho a aquél episodio de Futurama
en el que una especie de forzudas amazonas de 3 metros de alto
sometían a la tripulación de “mensakas”
galácticos a la “muerte por kiki”.
Y
me evoca también muy buenos momentos con el videojuego distópico
Gender Wars,
en el que indistintamente seleccionase el bando masculino o el
femenino, disfrutaba asaltando clínicas de fecundación in-vitro,
descargando cartuchos de ametralladoras de asalto sobre todo el
futurista y aséptico mobiliario del laboratorio,
para robar todas las células necesarias posibles para continuar con
la progenie del sexo jugable elegido.
Podemos
pensar bien, una de dos. O el director tenía una esposa, suegra, o
llamémosle X femenina, más mala que la quina, que le hacía
sentirse inferior y subyugado y como venganza le usó como
inspiración para crear una sociedad matriarcal tan opresora y
dictatorial de señoras de la guerra.
O todo lo contrario, era un
visionario del feminismo, dispuesto a cambiar las tornas del cine
desde su silla plegable de camping en un set de rodaje de bajo
presupuesto, empoderando a la mujer como el sexo fuerte y dominante de un
catastrófico futuro.
Se
mire por donde se mire, porque el vaso nunca está a la mitad, es una
idea disparatada que sólo pudo haber visto la luz en aquella década.
Si algún director se tomase, en broma, o en serio, ésta idea como
algo que llevar hacia adelante en la industria y sociedad actual,
podríamos ir metiendo palomitas al microondas. Me lo puedo imaginar.
“¿Por qué
las mujeres son las malas?”
“¿Por qué
no hay homosexuales?”
“No hay
negros en ésta peli”
etc, etc.
Yo ante éstas preguntas que uno se encuentra respecto a casi todo en
las RRSS, tengo la misma respuesta:
“Porque
al director (coloquemos aquí, creador, autor, programador, etc) no
le ha dado la puta gana, déjale en paz, si quieres lo ves y si no
no, o luego di que la peli (dícese juego, libro, cómic, etc) te ha
encantado o te ha parecido una mierda. Pero
deja...al...creador...crear...co-mo-quie-ra!!”
¿Qué
mas da, es ficción? Mira, una película de mierda como América
3000 puede pese a todo
sacar reflexiones como ésta, capaces de llenar hojas de un blog.
La
ficción, es ficción, y hay que entenderla como ficción. Con la
cantidad de frentes abiertos por los defensores de ésto y de aquello
actuales, las ganas de cada individuo de pertenecer a un grupo
soberano de opinión, y la contínua persecución de lo políticamente
correcto en el arte (dícese cine, literatura, videojuego...) y ocio
(videojuegos o rol incluidos), da la sensación, de que nadie puede
ya crear sin ser víctima de la censura popular. Si tu obra lleva una
violación, el autor será tildado de violador. Si la película no
tiene un reparto de actores ecuánime entre todas las consideradas
minorías étnicas, sexuales o religiosas, será tildado de homófobo,
racísta, antisemita o yo que se... Machismos, feminismos...bla,
bla, bla... Populísmos. Eso son cosas que han de solucionar los
políticos, legisladores, o quien sea (que me pasé mi único y
primer año de derecho en la cafetería bebiendo cerveza) para que
cada ciudadano se sienta seguro y libre de ejercer sus derechos sin
distinción, y conforme con que el peso de la justicia es igual para
todos aunque sea ciega.
La
ficción, sólo es ficción, y cada autor ha de crear lo que quiera
con el fin de que su obra sea lo que él quiere que sea, no lo que el
público demande que sea.
Yo,
soy blanco, hetero, de tradición cristiana poco practicante... Y no
por eso demando que todo el arte que consumo tenga como
representantes o protagonistas a individuos de la misma condición
que la mía, qué tostón sería. Tampoco rechazo cuando es al revés, sería un loco descerebrado con prejuicios.
Pero lo más importante, sencillamente, no
demando ni exijo nada. Voy viendo lo que el director, autor,
guionista, lo que sea...me ofrece, y punto. Y me gustará más o
menos, ya os aseguro, que nunca en función de ningún prejuicio
sexual, racial ni religioso.
Por
la misma regla de tres, de pequeño flipaba con Rambo
y nunca me presenté en el colegio con un cecme.
Me flipaban las
pelis de ninjas, tuve una estrella ninja de verdad, afilada, que no
veas como se clavaba en los chopos del parque, y jamás en mi vida se
la lancé a un ser humano.
¿Y por qué? Porque la ficción, es
ficción, y la vida real, es otra cosa, que sí hay que tomar con
cuidado y respeto, porque todo acto tiene consecuencias. ¿La
ficción? La ficción no genera consecuencias más que una buena o
una mala crítica, y la consiguiente remuneración económica de
editores, productores, autores y otros profesionales del sector del
ocio y el arte.
Y
ni las películas, ni los libros, ni el rol, ni los videojuegos,
crean asesinos, pederastas, maltratadores, ni psicópatas en
realidad. Ni lo hacen esos hobbies, ni tienen por qué hacerlo otros
como el deporte, ni siquiera los toros.
Ese tipo de individuos, da igual cual hobby practiquen o que aficiones tengan, lo que necesitan, no es dejar de disfrutar con unas cosas u otras, necesitan educación y el peso de la justicia sobre sus cabezas.
Dejémonos
de mamarrachadas de cara a la galería, y tratemos de ser, sólo,
humanos. Dejemos de desnaturalizar lo natural, porque sólo
conseguimos el efecto contrario.
Y
bueno, si América 3000
me ha servido como mecha para hablar de ésto...joder... a lo mejor
la película no es tan mierda. No se si reírme más de de sus 3000,
o de nuestros 2010 en los que nos cuestionamos cosas que no ofrecían
debate en los 1980.
Bueno,
sigamos.
¿ES UNA PELICULA TAN MALA?
La
película es un cachondeo, y está muy mal hecha, pero aún así
tiene momentos de ciencia
ficción postatómica muy
plausibles si empatizamos con el subconsciente general de lo que
podría ser el especímen humano post cataclísmo, un neo-homínido
de las cavernas, sin educación, sin internet, sin historia,
empezando de cero. Uno de esos momentos más graciosos y a la vez
brillantes, es cuando el protagonista se cuela por error en un
búnquer, descubre como accionar un viejo monitor, y se reproduce un
video de un alto mando militar que lo grabó dirigiéndose al
presidente de los antiguos EEUU, avisando de que todo se va al garete
y los misiles han sido lanzados en un garrafal error balístico. El
inocente y primitivo hombre del futuro, que ha crecido sin tecnología
ni libros de historia, sólo con el boca a boca de los viejos que
sobreviven, lo ve, y entiende que se dirigen a él mismo, que ahora
él es el presidente entonces, porque así acaban de nombrarlo, en un
vídeo grabado más de mil años atrás. Tan ridículo como alegórico
en el fondo. No se si reír, o quedarme con la copla, porque tal vez
si el director hubiese querido tomarse en serio ésta película, y no
tirar para adelante con lo que sospecho quiso que fuese un blokbuster
dominguero para todos los públicos, si no con el intento serio y
cabal de haber dado un giro a su historia para convertirlo en una
peli de culto... hubiese tenido alguna posibilidad.
En
el fondo, semejante mamarrachada de escena, en la que el troglodita
post-atómico asume, de un video grabado hace 10 siglos, que él es
el presidente de EEUU, si me da por tomármelo en serio, es una
posibilidad profética o religiosa a explotar. El mesías que recibe
su mensaje de lo que él cree que es un mensajero único, una
aparición exclusiva dirigida a él, porque no sabe identificar que
es tecnología. Esto abre la veda de pensamiento “J.J.
Benitiano”
a cerca del porqué de los profetas, sus mensajes, las religiones, y
los auto denominados elegidos y todo un remolino de teorías poco
ortodoxas como las de los antiguos astronautas de Tsoukalos
y sus
compinches de desvaríos y delirios extraterrestres. Porque en ésta
cochambrosa película, si hay un momento que desde el prisma de
visión CIFI
más serio y puro podemos dar como su único momento de brillantez, y
aún así a simple vista sigue siendo ridículo, es ésta neo fábula
mesiánica que convierte al palurdo protagonista en un mesías
convencido. El nuevo presidente de los anárquicos y neo bárbaros
EEUU del año 3000. Descojonante. Ojo.
A
toda ésta teoría mesiánica que postulo, y que seguro sólo un
cernícalo como yo es capaz de extraer de semejante bodrio de film,
de repente añado que tal vez no esté tan desencaminado, y que
directamente, la portada (otra de las cosas por las que más
destacaba la Cannon,
como ocurría con lso videojuegos de Spectrum y Amstrad, que aunque
el juego fuese un caguto
la portada vendía sola) tiene un toque bíblico a lo Ben-hur,
que ojito al parche porque igual soy el único que le ha cogido el
rollo a David
Engelbach, y no
se si reírme o asustarme.
Otras
lindezas de la película a destacar es el maravilloso argot traducido
de la película. Parece que nunca salieron de la década de 1980
aunque recreen los años 3000, Entre los flipantes cardados de las
amazonas y sus estúpidos vocablos, no paras de mearte de la risa.
“Plástico
guay” “Nuclear”
Lo
más cachondo de todo es el personaje estelar, el mutante. ¿Qué
tipo de película familiar post-atómica podría pasar sin un
mutante? Pues América
3000 no. El mutante de
turno es una especie de Bigfoot aficionado al ruido, que me recuerda
mucho al monstruo de Golpe
en la pequeña China, si
lo pidieses por Ali Express, pero cuidado, que ambas películas se
estrenaron el mismo año.
Las coreografías de combate, son oro molido. No había visto nada igual desde Xena la Princesa Guerrera, palabra. Madre de Dios. Qué artes marciales más salchiceras de pressing catch.
PAZ Y BUEN ROLLITO - SPOILER
Si
pretendéis ver la película, no sigáis leyendo, leerlo una vez
vista.
Como
cabía esperar, en verdad, ambas tribus, la de las amazonas guerreras
y los machirulos bobalicones, están destinadas a firmar la paz,
entenderse, enterrar el fusil y la cachiporra, y amarse. Como si de
Woodstock se tratase, y viéndome en la obligación de hacer el
spoiler, por raro que
parezca en mis reglas del blog, al final, toda esa meteórica carrera
mesiánica de Korvis (el
nuevo presidente elegido de los EEUU) terminará con la unión con
Vena
(la matriarca de la tribu de las mujeres), firmando la paz entre
sexos, en una maravillosa escena hippie
de deposición de armas, al más puro estilo “Save
the world, save the children”,
casi casi a la zaga de Charlton
Heston maldiciendo las
guerras y los gobiernos en no se cuál otra película del rollo, si
no fuese por la rave de descubrimiento carnal y heterosexual no
explicita que continúa a la deposición de armamento por ambos
bandos.
¿Qué
hay más bonito? Tira el fusil y échame un polvo. Joder, así sí,
puto Engelbach,
que genio incomprendido.
Así
que finalmente, parece que la intención de la película es la de
ofrecer un entretenido y caótico film antibelicísta, lleno de
piradas de pinza insostenibles, que tal vez en los 80 sorprendiesen a
alguien, pero que 30 años después, es incomprensible y sólo sirve
para echarte una risa con amigotes y amigotas si hay cerveza fría en
la nevera y bolsas de patatas en la alacena.
Una
película muy poco seria, que al final, genera debates mucho más
arriesgados.
Animo.
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