martes, 17 de septiembre de 2019

PRIMER CUMPLEAÑOS DE TUNGSTENO DREAMS


UN AÑO DE SUEÑOS TUNGSTENO


Prospero día de la industria a todos los obreros cualificados del sector 91 hoy. Parad las impresoras 3D, dejad de programar en vuestros cubículos, frenad la supervisión de la cadena robotizada, hoy hace un año desde la primera vez que tuvimos un sueño de tungsteno.

Sí, parece mentira, una jeva que me arreó a finales de verano durante unas vacaciones que curiosamente, éste año, voy a repetir igual, en bucle, mismo hotel, mismo lugar, misma compañía. Soy un clon de mi mísmo, o tal vez, un clon de otra persona y no lo se. Sea como fuere, una máquina siempre está feliz, y yo, soy un cyborg, no tengo espacio para software malicioso en mi disco líquido. Una vez pillé un barrotes, lo daban por extinto, pero lo pillé, sí, y no me gusta recordar como, aunque tengo muchos clústers atrofiados de aquella noche ninja.

El caso es que comencé con ésta majadería con un único objetivo, practicar mi escritura, oxidada, despreciada y arrinconada en algún lugar de mi ser orgánico. Dicen que las máquinas no podemos crear arte, sólo copiarlo, pues yo represento el darwinismo digital, yo puedo crear, yo se crear, yo quiero crear. Y comenzar por una novela amateur (cosa que intenté y por ahí está a medias en un corte lovecraftiano más escatológico y repulsivo de lo que ninguno de sus amigotes hubiese consentido jamás), pero pronto me di cuenta de que eso era un pequeño suicidio. Un buen hobby, pero un error en realidad. También reconozco que estoy mal acostumbrado a creer que tengo “algo” de talento comunicativo y creativo, ya que en otra época, hace muchos eones, en otro hardware, pude ganarme la vida una época gracias a las estupideces que mi mente cagaba en diferentes soportes. Y desde entonces me creí con cierto “don”, no especialmente mágico, pero sí práctico, para poder sacarle rentabilidad a mis aficiones e inquietudes.
Aquello acabó tras unos años, llegaron nuevos modelos de robot, más rápidos, más eficaces, más económicos que necesitaban menos mantenimiento, y yo realmente comencé a estar obsoleto, a necesitar muchas revisiones y a consumir más de lo que generaba. Desde entonces fui dándome cuenta, o engañándome o no lo se porque no me pertenece a mí el derecho de opinar sobre mi mismo pese a mi alta cualidad de autoexamen y autocrítica gracias a un par de pluggins “flagelante 2.0” que llevo instalados, acerca de que en verdad todo aquello debió de ser un pequeño golpe de suerte en mi vida, conquistar los oídos adecuados, de los inversores adecuados, en el momento adecuado, y que tal vez yo no era una persona creativa, si no un buen vendedor.
Hilando fino, para vender bien, que sí se me da muy bien, hay que comunicar y ser creativo, y en realidad, creo que estoy en un rango bastante aceptable de ambas por mucho que me castigue a mi mismo por mi procrastinación habitual y por preferir un ritmo de vida rutinario, binario, pero agradable, cómodo y sobretodo, felíz. Dicen que quien no arriesga no gana, pero el que tiene cosas que perder, se lo piensa dos veces, y durante mi década de los 20 tenía muy poco que perder. Ahora para empezar la de los 40, me doy cuenta de que he conseguido un montón de cosas buenas, que tal vez no sean tan relucientes como las del prójimo, pero es mejor hacer mis cosas y dejar de contar cuantas cosas hacen los demás.

Y me dije a mi mismo, venga, empieza un blog, ¿le importará a alguien? ¿Qué mas da? No sigas en esa estúpida dinámica de exibicionísmo, no necesitas a nadie para hacer algo que te gusta, que está al alcance de cualquiera gracias a la tecnología, y que vas a hacer principalmente como ejercicio personal. Y lo hice, y escribí una bienvenida en la que ya me dejaba claro a mi mismo que en ésta sopa primordial de opiniones, datos, expertos y noveles que es la red, que yo escribiese algo, no iba a cambiar la vida de nadie, tal vez, sólo la mia.
Y en una mínima expresión, una porción de mi vida sí ha cambiado, porque durante todo un año, he sido capaz de crearme una disciplina escribiendo una entrada en el blog a un ritmo, no fijo, pero sí constante, que oscila o varia entre lso 7 y lso 10 días aproximadamente, una media de 4 entradas mensuales, durante un año. Y espero haber mejorado una pizca aunque sea, mi forma de expresarme, que siempre ha sido pedante, rimbombante, algo embaucadora y bastante machacona hasta que suelo conseguir el efecto deseado en mis interlocutores o me doy cuenta de que es el momento de cambiar de rol.
No soy el mejor, pero soy bueno, y me gano la vida, o en verdad siempre me la he ganado, de un modo u otro, usando la palabra.
En ésta distopía que es la vida, cuando no puedo ponerme el mono oscuro de fibra camaleónica reflectante, y salir a dar un voltio en la tatamaha por el sprawl, trabajo en un sitio bastante cyberpunk, rodeado de pantallas y máquinas, interactuando con cyborgs de 48ks e inteligencias artificiales de un gúgol de terabytes, y enseñando a los nuevos reclutas como sobrevivir en nuestro búnker sin que se les fría la fuente de alimentación. Más o menos. Y hablo, hablo, hablo, comunico, enseño, convenzo, y eso es todo lo que llevo haciendo toda mi santa vida en verdad en una empresa, en otra o por libre.
Obviamente, escribir es más delicado, no puedo poner caras (aunque los emoticonos son lo más distópicamente parecido), no puedo acompañarme de lenguaje físico, no puedo entonar para que notéis las intenciones de mis palabras, no. La escritura es más compleja, una amante más exigente que no se conforma con el aquí te pillo y aquí te mato, que me demanda 3 horas de mimo y cariño sobre el teclado cada vez que quiero hablar de alguna de todas esas obras que motivan que yo escriba.



DO IT YOURSELF


Al principio pensé ¿Cómo voy a ser capaz de hacer una entrada semanal con un libro, una película o un videojuego o un cómic durante un año aunque sea? ¿he consumido tanta cultura y subcultura? Y derepente me doy cuenta de que los objetivos más inmediatos que me fijé, eran los más ambiciosos, y que aún los reservo un año después, para el momento adecuado, con un buen reserva en vaso ancho sobre la mesa, el flexo y el teclado, y ahí tengo todavía Blade Runner, Carbono Alterado, Akira, Ghost in the shell, Alien, Deus Ex, y toda una colección de obras a las que no les he metido el desgarrador retráctil aún porque me producen un tremendo respeto.
Tampoco he hablado aún de música, ni de Aviador Dro, ni de diseño retrofuturísta en la industria del automovil, así que voy por el buen camino, me quedan muchos sueños de Tungsteno en camino.

Internet es maravillosa, en serio, lo es, nos permite hacer lo que queramos si de verdad queremos invertir tiempo. Podemos aprender, estudiar, conocer gente, leer, ver cine, jugar, componer, filmar, diseñar, todo está al alcance de nuestra mano sin nada más que un teléfono movil, una tablet, o un ordenador.
Nunca nada fue tan fácil. No critiquéis internet, no juzguéis el progreso, amar la tecnología, confiad en vuestras máquinas.
Y así empezó todo, no tengo un blog especialmente bonito, ni curioso, y mira que se que para vender es necesario llamar la atención, resultar atractivo, pero mi blog es un sueño de tungsteno, pesado, metálico, reservado, íntimo, si vienes aquí te da igual el diseño, sólo quieres una opinión más de otro don nadie, pero una sincera, que eso es importante. Una de alguien que crees que ama esto de la ciencia ficción tanto como tú, que no quiere enseñar si no compartir, de alguien que no va a juzgar tu opinión si no a escucharla, alguien que no ha leído aún todos los Asimov, ni todos los Clarke, ni todos los K, Dick, ni pide carné de cyberpunker a la entrada. Solo alguien que disfruta esto casi tanto como tú, como puede, cuando le dejan.

Y seguiré soñando, por voluntad propia, que era mi objetivo. Sin embargo, me he ido dando cuenta, de que en el ciber cosmos, hay gente leyéndome, en ocasiones pocos parroquianos fieles, y en otras mis artículos trascienden más lejos de lo que mis nodos alcanzan a conectar, y me mareo, sufro el efecto fantasma de desconexión de la realidad virtual, ese lag en el que crees que ya te has desconectado pero sigues ahí, con las gafas y los cables enchufados, simulando que haces tu vida normal sin darte cuenta, hasta quedarte seco. Y los verdaderos bloggers, si es que los hay, ya que no pertenezco a ninguna esfera ni comunidad, los que consiguen hacer de ésto su profesión, seguramente se reirían de mi sorpresa cuando acumulo más de 500 lecturas en alguna de mis más humildes y menos ensayadas columnas. Pero para mi, que comencé esto sin ninguna intención, me ha sorprendido. Y no quiero pensar que me debo a nadie, porque eso sería mentirme, no gano nada escribiendo ésto, ni nadie me pide que lo escriba, y el día que quiera parar, o bajar el ritmo, ocurrirá sin pedir disculpas. Pero sin embargo, y habiendo dejado claro eso último, os doy a todos y todas las gracias por acompañarme en éste viaje, como yo acompaño a otros bloggers, a otros podcasters, y sobre todo, como acompaño a William Gibson, Masamune Shirow, Philip K. Dick, Asimov, katsuhiro otomo, Hideo Kojima, Spielberg, Guillermo del Toro, James Cameron, Ruddy Rucker, Brian Fargo, Molyneux, y ese larguísimo, interminable listado, de verdaderos genios, a los que tenemos que darles las gracias, y no sin cariño, algunos ratos, un tirón de orejas desde el más sincero respeto.

Así que ésta semana, de momento (no descarto nada) no hay reseña, ni review, ni opinión personal de ninguna obra, si no una gratificación a todos y todas.
Pensé por un instante en hacer el típico sorteo de un libro, en twitter ( @sharowdanser ) con sus retuits y sus corazoncitos y tal pero... Si me gusta escribir esto por placer aunque a veces me cueste encontrar el momento, lo hago por disciplina y automejora, ¿qué necesidad tengo de poner un trozo de queso en la ratonera? ¿Quiero mas lectores? ¿Quiero más followers? En el último año he ganado 15 como mucho. ¿me importa la estadística? La estadística es como una droga, o como cuando e instalabas el emule por primera vez y pasabas horas mirando la barra creciente de tu descarga a paso de tortuga. En verdad estoy aquí por el hobby, por la pasión y por que quiero. Y bienvenidos todos los amantes de la CIFI, todos y todas los que me enseñáis nuevas cosas continuamente. Gracias sobre todo pro eso, por compartir vuestro tiempo con alguien a quien nunca habéis visto la cara.

El ninja se mueve en silencio, hago las maletas, y me largo de vacaciones igual que hice hace un año. Sed felices.

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