UBIK
Tras sobrevivir a un breve periodo estival costero, escupo algo de babilla en las ventosas de mis trodos baratos, me los pego con fuerza en la frente, enchufo mi terminal portatil y regreso a cabalgar el Dataverso.
Mis ojos giran bajo los párpados, de
un lado a otro, a lo Marujita Díaz, en un REM artificial provocado
por el flujo de datos transmitido a mi cerebro. Necesito una buena
dosis de realidad virtual tras experimentar los peligros reales de la
playa. Olas, algas, animales venenosos imposibles de
detectar bajo al espuma, escozor de ojos, un sol cancerígeno, arena
colándose por todos mis puertos de conexión, mosquitos mutantes
dejándome enormes habones colorados por todo el cuerpo, pelotas de
goma que golpean por sorpresa mi retaguardia como los proyectiles
anti disturbios de una buena manifa de las de antes... Turistas de
todas partes pertrechando sus trincheras de relax prácticamente
encima de uno mismo en un horror vacui de sombrillas chillonas,
toallas con escudos futbolísticos, y todo tipo de tonos étnicos
dermales totalmente achicharrados con tatuajes abrasados ya verdosos, y yo, en medio de tal mosaico hortera, sin mis chips de idiomas en el epicentro de la Neo Babel
marítima. Pero he conseguido bloquear todo este spam orgánico con el mejor
corta fuegos que conozco, un buen libro.
Visité una librería Santos Ochoa
antes de partir, y premeditadamente, para los pocos días, y los
pocos momentos libres que la familia me iba a dar respiro, seleccioné
un libro corto, que cubriese mis necesidades en la hamaca. Y elegí
con un criterio inmejorable (cosa que no siempre me ocurre), pero no
voy a tirarme el pisto, jugué sobre seguro cuando agarré el fino
tomo de Philip K. Dick. "Ubik".
Ya he leído otras obras del autor, a
quien no voy a dedicarle hoy una intro biográfica, porque ya le daré su merecido protagonismo
en un futuro próximo (y distópico, casi seguro), pero le tenía
ganas a éste título, por varios motivos. Uno de ellos, porque la
propia editorial lo vende en sus tapas como “La obra que inspiró
Minority Report y Matrix”, y eso es vender mucho hype. A
continuación, me dispongo a diseccionar tal bravuconada por parte de
Ediciones Minotauro. Como siempre, sin spoilers (no temáis a seguir
leyendo) y aportando mi disección personal, ni mejor ni peor, pero
intentando aportar algunas opiniones que no dan Google, ni Multivac.
Cuando comienzo a leerlo no encuentro
de dónde se saca la editorial la socarrona presentación que pone en
la punta de la picorota de "Ubik" a "Matrix" y "Minority Report", y en la
descripción de los personajes, noto algo que no se muy bien si es
cachondeo, sorna, o retrofuturismo. Por un instante me acuerdo de
“Guía del autoestopísta galáctico”, pero bajo las apariencias
y los outfits de los personajes que van haciendo puesta en escena
renglón a renglón, percibo que el asunto va en serio pese a
permitirse un toque ridículo.
Cada capítulo hace entradilla con un
sponsor publicitario de "Ubik", que presentado bajo diversos formatos, parece tratarse de algo milagroso, que sirve para todo, un
bálsamo de fierabrás moderno, siempre y cuando se respeten las
instrucciones de uso. Todas las cuñas son muy cachondas y continúan
despistándome, porque a parte de que no me llego a imaginar correctamente qué es "Ubik", añaden un punto demasiado guasón a la
lectura, mientras la cosa con el grupo de protagonistas, avanza cada
vez de forma más dramática.
¿MINORITY REPORT?
Si no lo habéis leído, tampoco quiero
volveros locos a base de gotas de argumento, porque se que no
entenderíais lo que digo, es una trama bastante enrevesada que juguetea con lo policiaco y asuntos existenciales. Tampoco quiero desvelarlo, porque desde luego,
la cosa mejora capítulo a capítulo. Me atrevo a resumir una sinopsis, como lo hace por norma la tapa trasera de cada ejemplar, sin
fastidiar nada, afirmando que la cosa va de cómo un magnate de una
compañía de servicios antiespionaje ofrecidos por individuos con
diferentes habilidades psiónicas, prepara un grupo con sus mejores
empleados prodigio, para cubrir un suculento contrato en
unas instalaciones industriales en la Luna. Como todos esperáis,
algo no sale como ellos esperaban en su visita al satélite, y de ahí
en adelante, viene todo el meollo.
No quiero anticiparos nada...ops, ¿he
dicho anticipar?...resulta que eso tiene mucho que ver con aquello de
“La obra que inspiró Minority Report” ¿Verdad?. "Minority
Report", como casi seguro todos los fans de la ciencia ficción sabréis, es un film de 2002 dirigido por Spielberg, y
protagonizado por Tom Cruise a la cabeza, seguido de otras
celebridades como Colyn Farrel, Samantha Morton y Max Von Sydow. Tom,
interpreta a John Anderton, un atormentado agente de la ley con un
puñado de problemas personales, pero excelente y ejemplar jefe de su
departamento de justicia “Precognitivo” en una cercana sociedad
futura. Dicho departamento se encarga de preveer los crímenes antes
de que se produzcan, gracias a los dones mentales de tres individuos
mutantes o psiquicamente evolucionados, que sufren visiones de los
crímenes futuros, que permite a la
policia detener a los criminales, antes de que se conviertan en uno, pero sentenciandoles como uno. Raro, ¿verdad?.
Luego llega el quid de la cuestión.
Buceando en la Red, encuentro la
primera palmada en la frente, en Wikipedia, sin investigar más ni ir
más lejos, y es que "Minority Report" sí se basa en un relato de
Philip K. Dick, pero quizás no en “Ubik”, si no en “El Informe
de la Minoría” (traducción literal), que desde ahora mismo, añado a mi lista de
futuras lecturas (estoy aquí para aprender a parte de compartir).
Como una de las promesas que me hacía
el editor era esa relación entre película y libro, pues estuve analizando en vano las similitudes
que iba encontrando como lector y espectador de ambas ficciones, sin que la lectura dejase de resultarme cada vez más fascinante. Pero en
cuanto a esos parecidos razonables, no se me ocurría nada más que
el concepto de semivida. En “Ubik”, pronto damos con los
semivivos, pacientes criogenizados poco tiempo antes de su
fallecimiento natural, que reposan en sarcófagos de conservación,
con la peculiaridad de que los vivos pueden entablar conversación
con los cerebros, almas, conciencias o llamémoslo X (es bastante
metafísico y más complejo de lo que parece a la hora de aceptarlo
de un modo u otro) de los congelados. El gran inconveniente de tan
alucinante avance médico y tecnológico, es , que a cada contacto,
el “no vivo” pierde energía vital, por lo que es considerable
medir el número de bis a bis que se llevan a cabo con el moribundo
en conserva, porque se le acaba la pila cada vez que le encienden el
“on” en su cápsula. Ello, me hizo conectar en mi cabeza con el extraño
estado de ensoñación inducida a la que son sometidos los “precos”
de “Minority Report” para poder tener sus predicciones futuras, pero poco más.
Sin reventaros las sorpresas de la
lectura, encontraremos también, entre todos los “mediums”
contratados por el Sr. Runcinter (el dueño de la compañía
antiespionaje mental) a Pat. Ella es una joven misteriosa, encontrada
por un caza talentos de la compañía, cuyo don parece ser único,
nunca visto, y trata a cerca de una capacidad psíquica para viajar
al pasado, pero no como en un Delorean, no, de una forma mucho más
compleja, etérea, y que hará que nuestros conceptos de la parábola
temporal que hemos aprendido en otros libros y películas tiemble
violentamente. Al resto de protagonistas con poderes les ocurre lo
mismo al conocerla, osea que, a mi, es normal que me cueste entenderlo, ya que soy un simple
mortal sin conocimientos de astrofísica cuántica. Ese juego con las
líneas temporales, también encaja con algunas características de “Minority Report”, podría haber sido una
idea a explotar por Spielberg, sí, pero no veo que sea algo tan directo como para afirmar aquella muletilla marquetiniana de "la obra e la que se inspiró...".
Os reconozco que leyendo “Ubik” y
pensando en “Minority Report”, entró un tercer título en discordia en
mi mente, “Todos los males del mundo” de Isaac Asimov. En aquél
relato, Multivac (el omnipresente súper ordenador del universo
asimoviano, una I.A. infalible) preveía con todas las variables
posibles y de manera inefable, el futuro asesinato que iba a cometer
el ciudadano Joseph Maners. Obviamente, la policía, toma el
vaticinio de Multivac como palabra de Dios, y lo que el ordenador
dice, va a misa. Se dirigen a detener y ajusticiar a Joseph, pero
mientras le retienen en arresto domiciliario y vigilancia, el tiempo
pasa, y el asesinato no se produce. Someten a test psicológicos (al
más puro estilo Voight-Kampff) al sospechoso (o más bien acusado
claro) y comienzan las sospechas de que Multivac se hubiese
equivocado. No vamos
a destriparlo por si queréis leerlo. Al grano, ¿esto no os recuerda
a algo? Vaya, no se si fue antes el huevo o la gallina, pero ésto sí
que me recuerda a “Minority Report”, una Inteligencia Artificial
prediciendo asesinatos que aún no se han producido, aquí hay un 90%
de coincidencias, no fastidies. Me he molestado en responder a mi propia duda, qué menos ya que me meto en semejante jardín, y resulta que Asimov escribió aquello en 1959, y P. K. Dick
escribió “El informe de la minoría” en 1956, así que tanto
para el escritor de Chicago en ésta ocasión. Caso cerrado.
Aprovecho para apuntar que “El
informe de la Minoría” dio para una serie televisiva de mismo
nombre que la película, cuyos capítulos se centran en los casos que los "precos" en libertad deciden abordar de forma personal, y sus desventuras como forajidos de la ley.
¿THE MATRIX?
Mi lectura de “Ubik” siguió desarrollándose en
una galopante paranoia en la que nada es lo que parece. Los sucesos
que los psiónicos iban padeciendo como conejillos de indias, especialmente el protagonista principal entre todos, Joe Chip, eran histriónicos, lisérgicos, desafían cualquier razón y a ratos me
resultan dignos de una angustiosa pesadilla Lovecraftiana, en la que
arriba es abajo, y abajo es arriba. Levanto la vista de las páginas
y me acuerdo de la cabecera de “The Outer Limits”, gracias
“Ubik”, estás estimulándome más de lo que había imaginado, el
gancho de la editorial era bueno.
¿Qué es "Ubik"? ¿Qué significa? Ahí nos mantiene en vilo, sedientos de respuestas.
Pero la publicidad de Minotauro sigue
tirándose un farol muy gordo, y es apuntar con el dedo a “Matrix”
de haberse inspirado en “Ubik”. ¿Qué puede decir nuevo de “Matrix” un tipo cualquiera como yo? Poco, pero hagamos el resumen de
rigor. Obra maestra de la ciencia ficción en el cine, firmada por
los hermanos (hoy hermanas) Wachowski, con Keanu Rivees en el papel
protagonista de Neo, un mesías cyberpunk cuya conciencia despierta
de una realidad virtual gracias a Morpheo, uno de los líderes de una
resistencia humana que lucha contra las máquinas pensantes,
interpretado por Laurence Fishbourne.
Seguramente la película más famosa y acertada en asaltar las
realidades virtuales y los software “vivientes” en la ciencia
ficción. Seguí devorando “Ubik” en cada respiro de playa y
piscina, esperando pues a esas reminiscencias, y con ¾ de la novela
consumidas, encontré el easter egg. Philip K. Dick ya me había
avisado, pero el nudo del relato me había tenido en vilo,
despistado, barajando otra docena de hipótesis. Qué buen juego de
ilusionismo Philip, como me has hecho mirar para todos lados menos al
que había que mirar.
De repente “Ubik” no sólo podría
haber inspirado “Matrix”, con su "chica de rojo" incluida, si no que hace alusiones directas al
concepto de “Matríz”, juega con las realidades alternativas creada
por terceros, y es inevitable acordarse mucho más que de “Matrix”,
de “Nivel 13” de Jusef Rusnak (1999) debido a muchos más motivos, casi casi, parafrasedos, y no quiero seguir con
ello porque estoy tirando de la manta de más para los que no hayáis
leído ésta pequeña sorpresa de la CIFI.
Así que creyéndome Mayra Gómez Kemp,
“Hasta aquí puedo leer” y a buen entendedor pocas palabras bastan. Animo y a leer esas 200 y poco paginitas llenas de sorpresas, en las que las percepciones de la realidad y el tiempo se doblan sobre sí mismas más veces que un origami.
"...si se metiese en uno de esos coches y condujese durante kilómetros, tarde o temprano llegaría un punto en el que todo desaparecería. No sería nada agradable para usted ni para mi."
Philip K. Dick tiene esa capacidad de meter la mano en tus sesos y revolverlo todo y este libro es uno los mayores exponentes de esto mismo.
ResponderEliminarPero bueno, siempre puedes recuperarte del viaje con un poco de Ubik ;)
Ubik para todo, mejor que la Master Card!
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