lunes, 24 de septiembre de 2018

UBIK



UBIK


Tras sobrevivir a un breve periodo estival costero, escupo algo de babilla en las ventosas de mis trodos baratos, me los pego con fuerza en la frente, enchufo mi terminal portatil y regreso a cabalgar el Dataverso.
Mis ojos giran bajo los párpados, de un lado a otro, a lo Marujita Díaz, en un REM artificial provocado por el flujo de datos transmitido a mi cerebro. Necesito una buena dosis de realidad virtual tras experimentar los peligros reales de la playa. Olas, algas, animales venenosos imposibles de detectar bajo al espuma, escozor de ojos, un sol cancerígeno, arena colándose por todos mis puertos de conexión, mosquitos mutantes dejándome enormes habones colorados por todo el cuerpo, pelotas de goma que golpean por sorpresa mi retaguardia como los proyectiles anti disturbios de una buena manifa de las de antes... Turistas de todas partes pertrechando sus trincheras de relax prácticamente encima de uno mismo en un horror vacui de sombrillas chillonas, toallas con escudos futbolísticos, y todo tipo de tonos étnicos dermales totalmente achicharrados con tatuajes abrasados ya verdosos,  y yo, en medio de tal mosaico hortera, sin mis chips de idiomas en el epicentro de la Neo Babel marítima. Pero he conseguido bloquear todo este spam orgánico con el mejor corta fuegos que conozco, un buen libro.

Visité una librería Santos Ochoa antes de partir, y premeditadamente, para los pocos días, y los pocos momentos libres que la familia me iba a dar respiro, seleccioné un libro corto, que cubriese mis necesidades en la hamaca. Y elegí con un criterio inmejorable (cosa que no siempre me ocurre), pero no voy a tirarme el pisto, jugué sobre seguro cuando agarré el fino tomo de Philip K. Dick. "Ubik".



Ya he leído otras obras del autor, a quien no voy a dedicarle hoy una intro biográfica, porque ya le daré su merecido protagonismo en un futuro próximo (y distópico, casi seguro), pero le tenía ganas a éste título, por varios motivos. Uno de ellos, porque la propia editorial lo vende en sus tapas como “La obra que inspiró Minority Report y Matrix”, y eso es vender mucho hype. A continuación, me dispongo a diseccionar tal bravuconada por parte de Ediciones Minotauro. Como siempre, sin spoilers (no temáis a seguir leyendo) y aportando mi disección personal, ni mejor ni peor, pero intentando aportar algunas opiniones que no dan Google, ni Multivac.

Cuando comienzo a leerlo no encuentro de dónde se saca la editorial la socarrona presentación que pone en la punta de la picorota de "Ubik" a "Matrix" y "Minority Report", y en la descripción de los personajes, noto algo que no se muy bien si es cachondeo, sorna, o retrofuturismo. Por un instante me acuerdo de “Guía del autoestopísta galáctico”, pero bajo las apariencias y los outfits de los personajes que van haciendo puesta en escena renglón a renglón, percibo que el asunto va en serio pese a permitirse un toque ridículo.

Cada capítulo hace entradilla con un sponsor publicitario de "Ubik", que presentado bajo diversos formatos, parece tratarse de algo milagroso, que sirve para todo, un bálsamo de fierabrás moderno, siempre y cuando se respeten las instrucciones de uso. Todas las cuñas son muy cachondas y continúan despistándome, porque a parte de que no me llego a imaginar correctamente qué es "Ubik", añaden un punto demasiado guasón a la lectura, mientras la cosa con el grupo de protagonistas, avanza cada vez de forma más dramática. 


¿MINORITY REPORT?


Si no lo habéis leído, tampoco quiero volveros locos a base de gotas de argumento, porque se que no entenderíais lo que digo, es una trama bastante enrevesada que juguetea con lo policiaco y asuntos existenciales. Tampoco quiero desvelarlo, porque desde luego, la cosa mejora capítulo a capítulo. Me atrevo a resumir una sinopsis, como lo hace por norma la tapa trasera de cada ejemplar, sin fastidiar nada, afirmando que la cosa va de cómo un magnate de una compañía de servicios antiespionaje ofrecidos por individuos con diferentes habilidades psiónicas, prepara un grupo con sus mejores empleados prodigio, para cubrir un suculento contrato en unas instalaciones industriales en la Luna. Como todos esperáis, algo no sale como ellos esperaban en su visita al satélite, y de ahí en adelante, viene todo el meollo.
No quiero anticiparos nada...ops, ¿he dicho anticipar?...resulta que eso tiene mucho que ver con aquello de “La obra que inspiró Minority Report” ¿Verdad?. "Minority Report", como casi seguro todos los fans de la ciencia ficción sabréis, es un film de 2002 dirigido por Spielberg, y protagonizado por Tom Cruise a la cabeza, seguido de otras celebridades como Colyn Farrel, Samantha Morton y Max Von Sydow. Tom, interpreta a John Anderton, un atormentado agente de la ley con un puñado de problemas personales, pero excelente y ejemplar jefe de su departamento de justicia “Precognitivo” en una cercana sociedad futura. Dicho departamento se encarga de preveer los crímenes antes de que se produzcan, gracias a los dones mentales de tres individuos mutantes o psiquicamente evolucionados, que sufren visiones de los crímenes futuros, que permite a la policia detener a los criminales, antes de que se conviertan en uno, pero sentenciandoles como uno. Raro, ¿verdad?. Luego llega el quid de la cuestión.
Buceando en la Red, encuentro la primera palmada en la frente, en Wikipedia, sin investigar más ni ir más lejos, y es que "Minority Report" sí se basa en un relato de Philip K. Dick, pero quizás no en “Ubik”, si no en “El Informe de la Minoría” (traducción literal), que desde ahora mismo, añado a mi lista de futuras lecturas (estoy aquí para aprender a parte de compartir).



Como una de las promesas que me hacía el editor era esa relación entre película y libro, pues estuve analizando en vano las similitudes que iba encontrando como lector y espectador de ambas ficciones, sin que la lectura dejase de resultarme cada vez más fascinante. Pero en cuanto a esos parecidos razonables, no se me ocurría nada más que el concepto de semivida. En “Ubik”, pronto damos con los semivivos, pacientes criogenizados poco tiempo antes de su fallecimiento natural, que reposan en sarcófagos de conservación, con la peculiaridad de que los vivos pueden entablar conversación con los cerebros, almas, conciencias o llamémoslo X (es bastante metafísico y más complejo de lo que parece a la hora de aceptarlo de un modo u otro) de los congelados. El gran inconveniente de tan alucinante avance médico y tecnológico, es , que a cada contacto, el “no vivo” pierde energía vital, por lo que es considerable medir el número de bis a bis que se llevan a cabo con el moribundo en conserva, porque se le acaba la pila cada vez que le encienden el “on” en su cápsula. Ello, me hizo conectar en mi cabeza con el extraño estado de ensoñación inducida a la que son sometidos los “precos” de “Minority Report” para poder tener sus predicciones futuras, pero poco más.

Sin reventaros las sorpresas de la lectura, encontraremos también, entre todos los “mediums” contratados por el Sr. Runcinter (el dueño de la compañía antiespionaje mental) a Pat. Ella es una joven misteriosa, encontrada por un caza talentos de la compañía, cuyo don parece ser único, nunca visto, y trata a cerca de una capacidad psíquica para viajar al pasado, pero no como en un Delorean, no, de una forma mucho más compleja, etérea, y que hará que nuestros conceptos de la parábola temporal que hemos aprendido en otros libros y películas tiemble violentamente. Al resto de protagonistas con poderes les ocurre lo mismo al conocerla, osea que, a mi, es normal que me cueste entenderlo, ya que soy un simple mortal sin conocimientos de astrofísica cuántica. Ese juego con las líneas temporales, también encaja con algunas características de “Minority Report”, podría haber sido una idea a explotar por Spielberg, sí, pero no veo que sea algo tan directo como para afirmar aquella muletilla marquetiniana de "la obra e la que se inspiró...".

Os reconozco que leyendo “Ubik” y pensando en “Minority Report”, entró un tercer título en discordia en mi mente, “Todos los males del mundo” de Isaac Asimov. En aquél relato, Multivac (el omnipresente súper ordenador del universo asimoviano, una I.A. infalible) preveía con todas las variables posibles y de manera inefable, el futuro asesinato que iba a cometer el ciudadano Joseph Maners. Obviamente, la policía, toma el vaticinio de Multivac como palabra de Dios, y lo que el ordenador dice, va a misa. Se dirigen a detener y ajusticiar a Joseph, pero mientras le retienen en arresto domiciliario y vigilancia, el tiempo pasa, y el asesinato no se produce. Someten a test psicológicos (al más puro estilo Voight-Kampff) al sospechoso (o más bien acusado claro) y comienzan las sospechas de que Multivac se hubiese equivocado. No vamos a destriparlo por si queréis leerlo. Al grano, ¿esto no os recuerda a algo? Vaya, no se si fue antes el huevo o la gallina, pero ésto sí que me recuerda a “Minority Report”, una Inteligencia Artificial prediciendo asesinatos que aún no se han producido, aquí hay un 90% de coincidencias, no fastidies. Me he molestado en responder a mi propia duda, qué menos ya que me meto en semejante jardín,  y resulta que Asimov escribió aquello en 1959, y P. K. Dick escribió “El informe de la minoría” en 1956, así que tanto para el escritor de Chicago en ésta ocasión. Caso cerrado.
Aprovecho para apuntar que “El informe de la Minoría” dio para una serie televisiva de mismo nombre que la película, cuyos capítulos se centran en los casos que los "precos" en libertad deciden abordar de forma personal, y sus desventuras como forajidos de la ley.


¿THE MATRIX?


Mi lectura de “Ubik” siguió desarrollándose en una galopante paranoia en la que nada es lo que parece. Los sucesos que los psiónicos iban padeciendo como conejillos de indias, especialmente el protagonista principal entre todos, Joe Chip, eran histriónicos, lisérgicos, desafían cualquier razón y a ratos me resultan dignos de una angustiosa pesadilla Lovecraftiana, en la que arriba es abajo, y abajo es arriba. Levanto la vista de las páginas y me acuerdo de la cabecera de “The Outer Limits”, gracias “Ubik”, estás estimulándome más de lo que había imaginado, el gancho de la editorial era bueno.

¿Qué es "Ubik"? ¿Qué significa? Ahí nos mantiene en vilo, sedientos de respuestas.

Pero la publicidad de Minotauro sigue tirándose un farol muy gordo, y es apuntar con el dedo a “Matrix” de haberse inspirado en “Ubik”. ¿Qué puede decir nuevo de “Matrix” un tipo cualquiera como yo? Poco, pero hagamos el resumen de rigor. Obra maestra de la ciencia ficción en el cine, firmada por los hermanos (hoy hermanas) Wachowski, con Keanu Rivees en el papel protagonista de Neo, un mesías cyberpunk cuya conciencia despierta de una realidad virtual gracias a Morpheo, uno de los líderes de una resistencia humana que lucha contra las máquinas pensantes, interpretado por Laurence Fishbourne. Seguramente la película más famosa y acertada en asaltar las realidades virtuales y los software “vivientes” en la ciencia ficción. Seguí devorando “Ubik” en cada respiro de playa y piscina, esperando pues a esas reminiscencias, y con ¾ de la novela consumidas, encontré el easter egg. Philip K. Dick ya me había avisado, pero el nudo del relato me había tenido en vilo, despistado, barajando otra docena de hipótesis. Qué buen juego de ilusionismo Philip, como me has hecho mirar para todos lados menos al que había que mirar.
De repente “Ubik” no sólo podría haber inspirado “Matrix”, con su "chica de rojo" incluida, si no que hace alusiones directas al concepto de “Matríz”, juega con las realidades alternativas creada por terceros, y es inevitable acordarse mucho más que de “Matrix”, de “Nivel 13” de Jusef Rusnak (1999) debido a muchos más motivos, casi casi, parafrasedos, y no quiero seguir con ello porque estoy tirando de la manta de más para los que no hayáis leído ésta pequeña sorpresa de la CIFI



Así que creyéndome Mayra Gómez Kemp, “Hasta aquí puedo leer” y a buen entendedor pocas palabras bastan. Animo y a leer esas 200 y poco paginitas llenas de sorpresas, en las que las percepciones de la realidad y el tiempo se doblan sobre sí mismas más veces que un origami.

"...si se metiese en uno de esos coches y condujese durante kilómetros, tarde o temprano llegaría un punto en el que todo desaparecería. No sería nada agradable para usted ni para mi."



2 comentarios:

  1. Philip K. Dick tiene esa capacidad de meter la mano en tus sesos y revolverlo todo y este libro es uno los mayores exponentes de esto mismo.

    Pero bueno, siempre puedes recuperarte del viaje con un poco de Ubik ;)

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